Se acordó bajar el tono de las declaraciones respecto del accionar del gobierno porteño en Recoleta, aunque Patricia Bullrich dejó en claro que no se privará de «opinar». Larreta por su parte dijo que estas críticas perjudican a la unidad.
30 de agosto de 2022
En un almuerzo que se calificó como «aspero», los dirigentes y líderes del PRO, acordaron dar por cerrada la polémica por las críticas de Patricia Bullrich al operativo del gobierno porteño ante el departamento de Cristina Kirchner.
Fue el único tema abordado en el almuerzo realizado en un restaurante de la Costanera, que se prolongó durante unas dos horas y media, y durante el cual Mauricio Macri casi no medió para pacificar el debate entre Larreta y Bullrich, que de manera encendida redoblaron sus posiciones el jefe de Gobierno justificó el dispositivo de seguridad realizado en Recoleta y advirtió que las críticas como las realizadas desde su espacio político “dañan al conjunto” de la oposición, mientras que la titular del PRO afirmó que seguiría opinando sobre los temas que preocupan a los argentinos porque “el kirchnerismo promete que vendrán tiempos peores”.
Si bien, la resolución fue bajar el tono de las críticas, tanto la presidente del PRO, Patricia Bullrich como el jefe de gobierno de CABA, Horacio Rodríguez Larreta no cedieron en sus posturas, por lo que quedó flotando la sensación de «fragilidad» de la tregua alcanzada.
Algunos de los presentes, destacaron que «nunca vimos tan enojado a Rodríguez Larreta» quien consideró grave que se atacara las decisiones que toma en medio de la ofensiva de Cristina Kirchner. Recibió el respaldo explícito, entre otros de dos dirigentes hoy alineados con Macri como María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo. El jefe de Gobierno llegó a calificar la actitud de Bullrich de “oportunismo electoral”, mientras que la titular del PRO le recordó que ella sostiene lo mismo desde 2016 frente a los piquetes y el mantenimiento del orden público en la Ciudad.
Bullrich defendió su posición con el argumento de que le habían pedido en la tarde del sábado su apoyo al operativo de la Ciudad, pero que después el gobierno porteño “cambió de opinión y decidió negociar” con el kirchnerismo. Larreta reivindicó la potestad de “tomar decisiones de gobierno” y aseguró que la posición que mantuvo había sido “firme en todo momento”.
En el fuerte cruce, mientras Larreta la acusaba de criticarlo en beneficio de su propio proyecto presidencial, Bullrich le dijo que él también hacía está en plena campaña para 2023.
Lo más sugestivo que sucedió en la comida fue que allí se reveló que en la reunión del sábado entre miembros de los gobiernos nacional y porteño, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, amenazó que “si meten presa a Cristina, vamos a incendiar todo”, y se le reprochó a Jorge Macri, ministro de Gobierno de la Ciudad y uno de los participantes de ese encuentro, que no lo haya difundido. El primo del ex presidente dijo que se trató de bajarle los decibeles al enfrentamiento.
Bullrich cuestionó su silencio sobre esos dichos de De Pedro y destacó que ella hubiera denunciado al ministro del Interior apenas terminada la reunión en la que efectuó esa amenaza.
Mauricio Macri trató en todo momento de acompañar las posiciones de Larreta y de Bullrich, casi sin tomar partido por ninguno, aunque dejó en claro que el PRO debe rechazar claramente la ocupación del espacio público como hizo el kirchnerismo el sábado pasado en el de barrio de Recoleta.
Del almuerzo participaron, además de Mauricio Macri, Larreta, Bullrich, Jorge Macri, Vidal y deRitondo, los dirigentes Diego Santilli, Humberto Schiavoni, Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado y Fernando de Andreis.