Los bancos están dispuestos a cambiar el stock de tarjetas de crédito para pasar todos los plásticos al modo “contact less” (o sin contacto) y concluir ese proceso en no más de tres años. Esta tecnología permite una comunicación más segura que con los sistemas de banda magnética o chip. Y más importante aún. El dueño de la tarjetano se desprende en ningún momento de ella, acotando los riesgos de fraude o robo de información. Las principales entidades financieras ya iniciaron el proceso, que esperan se acelere de aquí en adelante, a medida que se masifique también la instalación de lectores de este tipo de tarjetas.
Mastercard aprovechó un evento masivo como la Copa América 2019 que se desarrolla en Brasil para mostrar sus intenciones de masificar el “contact less” en toda la región, acentuando la oferta de alternativas para pelearle terreno a su eterno “enemigo”: el dinero en efectivo.
Como se sabe, el sistema contact less solo requiere acercar la tarjeta a un lector, pero siempre en la mano de su dueño. Se produce una comunicación entre la tarjeta y el lector que permite la convalidación de la operación en mucho menos tiempo. Como parte de las mejoras que permite esta operatoria, no se requiere la impresión de cupones ni la firma del cliente, para montos no muy grandes.
“Tenemos un imperativo, que es mejorar la experiencia del cliente en un contexto de seguridad digital”, explicóJoao Pedro, presidente de Mastercard para el Cono Sur. “Y todo con un enfoque digital, porque la vida de las personas se está transformando en una sucesión de experiencias digitales, ya que en promedio las personas miran su teléfono o una pantalla no menos de seis horas por día”.
Pedro afirma que se está ante un “cambio radical” en el mundo de los medios de pago, dado que los milennials, nativos digitales, quieren experiencias digitales.
En ese sentido, subrayó que se está cambiando la mirada sobre la ciberseguridad. “Queremos pasar de la defensiva a la ofensiva, porque lo digital será mayoritario”.
Y explicó que la autenticación de la operación -que el pago esté siendo realizado por la persona que figura en la tarjeta- cumpla al mismo tiempo con una doble exigencia: simplicidad y máxima seguridad. “Hay que terminar con la gran cantidad de password que debe manejar una persona, los password dejan de agregar valor en el mundo de los medios de pago”.
Clarín le preguntó a los ejecutivos de Mastercard si no consideraban que la propia tarjeta de crédito sería desplazada, más temprano que tarde, por las tecnologías que ofrece el celular, como el código QR, por ejemplo. «El QR se está haciendo más seguro, pero el contact less lo es aún más. Hay que dar más opciones y poner la tecnología al servicio de las necesidades de las personas», destaca Rodolfo Durán, vicepresidente del área de desarrollo de negocios para la región.
«Prevemos que el parque total de tarjetas migrará al sistema contact less a un ritmo del 25% anual. Es decir, en cuatro años se renovarán todas las tarjetas», señala Rodolfo Durán, vicepresidente de Aceptación, Desarrollo e Innovación de Mastercard.
La pelea por la imposición del contact less viene rezagada en la región. En Estados Unidos su uso alcanza al 50% de las transacciones, en Australia 93% en lo que refiere a transacciones con estos plásticos. En Argentina y otros países del cono sur, los bancos recién este año están empezando a migrar hacia esta tecnología.
La masificación podría empezar a darse cuando se logre vincular el contact less con, por ejemplo, el sistema SUBE para pagar viajes en el transporte público. Es una movida en la que tanto Master como Visa se involucraron de lleno, como los bancos y el resto del universo de los medios de pago.
Para visibilizar el “contact less” durante un evento masivo como la Copa América, Mastercard está operando en el torneo como socio oficial de servicios de pago y proveedor oficial de pagos sin contacto para la Conmebol. Puso puestos de venta con esta tecnología en todas las ciudades sede de la copa y emitió más de 10.000 tarjetas prepago contact less para incentivar la prueba piloto.
PUBLICADO POR GOSTAVO BAZZAN PARA CLARÍN