Dirigentes gremiales, denuncian malas condiciones de trabajo, falta de cuidado a los empleados, medidas tiránicas y una decisión que trajo aparejado un gasto millonario, injustificado e innecesario con dineros que podrían haberse utilizado en innumerables cosas más útiles y urgentes.
Lamentablemente hay sobrados motivos para que exista una gran preocupación gremial por la situación del Banco Provincia, que en varios sentidos es realmente caótica.
La Revista Digital mantuvo un diálogo con Juan Emilio Pallo, dirigente y referente gremial de alcance nacional, y de la Seccional Chascomús de La Bancaria, que nos manifestó su preocupación por la lastimosa y angustiante situación que viven los trabajadores de la Sucursal Chascomús del Provincia, como los trabajadores de la costa.
Por otro lado, causan asombro y vergüenza las condiciones edilicias de muchas sucursales del Banco, caso concreto y ejemplo claro es el de sucursal Chascomús, en donde hace años los trabajadores se ven perjudicados y obligados a trabajar en condiciones de clara insalubridad y en muchos casos de gran riesgo, lo que ocasionó, que el Comité Mixto de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Seccional Chascomús, haya sacado en más de una oportunidad duros comunicados alertando de la situación como también provocando inspecciones del Ministerio de Trabajo, incluyendo reclamos por la falta de cumplimiento en los protocolos a raíz de la pandemia, e inclusive con denuncias porque algunos gerentes presionaban a los empleados para que pese a tener síntomas se presentaran igualmente a trabajar, lo que consultamos y corroboramos con Andrés Messina, integrante de dicho Comité y Sec. Gral. Adjunto de Bancaria Chascomús.
Otra cosa de relevancia, es la preocupación dirigencial por los alcances de la Ley N°15.008, sancionada en el gobierno de Vidal, que entre otras cosas cortó derechos adquiridos de los trabajadores bancarios, perjudicando tanto a activos como jubilados del sector. La misma, permanece en vigencia pese a las promesas del gobernador Axel Kicillof, durante su campaña, que la derogaría al asumir. Esta ley además resulta en varios aspectos asfixiante para el Banco Provincia, que es el banco público de todos los bonaerenses.
Lo peor de todo, es que durante nuestras averiguaciones y diálogos para la presente nota, nos encontramos con una situación que es exorbitante por lo desatinada, innecesaria e irrelevante, que con un simple «cambio de logo», generaron un gasto que habría sido mayor a los 2 mil millones de pesos, ya que el «cambio de imagen» tiene que hacerse en Sucursales, Seccionales, cajeros, ploteos, publicidades, membretaría, etc.
La decisión, se fundamentó con una «Renovación de imagen» y así se publicitó con bombos y platillos, pero la parte que no se menciona, es ¿cuán necesaria era esta decisión?, y ¿cuenta con la aprobación de los legítimos dueños de la entidad, que son los aportantes o contribuyentes?. Todo, obviamente sin tener en cuenta la cantidad de cosas que se podrían generar con semejante cantidad de dinero, como por ejemplo hacer algo más digno de los lugares de trabajo en algunas sucursales.
Se dice que «Para muestra, basta un botón», y con solo mirar la foto del interior de la sucursal Chascomús y su estado, y luego pensar en el gasto que se genera con el único justificativo de una «estrategia de marketing», creemos que la decisión de las autoridades del Banco es realmente descabellada, o por lo menos, inoportuna.
Por último, en otros medios gremiales, y en distintos comunicados de comisiones internas del Banco, pudimos observar el reclamo por los ingresos indiscriminados que se han dado en el Banco sin respetar algo tan básico como históricamente se respetó que es el ingreso de hijos de empleados tanto fallecidos como en actividad, como así también de hijos con discapacidad.
Una institución con historia, y con un caro sentimiento para los trabajadores bancarios y la sociedad bonaerense en general, que se encuentra afectada por un cúmulo de desatenciones, falta de conducción, desidia y falta de empatía alarmantes, que representan un perjuicio urgentemente se debe terminar. Hay dirigentes que no cesan en su empeño para terminar con estos dislates, y están dispuestos a dar pelea para lograrlo.