
BERNAL – La violencia irracional volvió a golpear sin previo aviso. Lo que debía ser un simple viaje al colegio se convirtió en una pesadilla para Melisa y sus tres hijas, cuando un desconocido arrojó un cascote de dos kilos contra el colectivo en el que viajaban. La víctima: Roma, una pequeña de apenas tres años, que hoy lucha por su vida tras el brutal impacto.
El episodio ocurrió el jueves pasado, cerca del mediodía, en la localidad de Quilmes. Melisa llevaba a sus hijas mellizas de 13 años al colegio y a la más pequeña al jardín. Se encontraban sentadas en la primera fila del colectivo de la línea 148, con la menor sobre las piernas de una de sus hermanas.
A la altura de Mosconi y Pampa, el colectivo se detuvo en una parada para subir pasajeros. En ese instante, un cascote de grandes dimensiones irrumpió con violencia por una ventanilla abierta, cruzó el pasillo y golpeó de lleno la cabeza de Roma. Un impacto brutal e inesperado que la dejó al borde de la muerte.
«El chofer hizo abandono de persona, nos dejó tiradas»
Lejos de asistir a la desesperada madre y su pequeña herida, el chofer del colectivo decidió seguir su camino, dejando a la familia completamente desamparada. La ambulancia nunca llegó, y ante la inacción de los servicios de emergencia, Melisa tomó a su hija en brazos y se paró en medio de la avenida Mosconi, rogando por ayuda. Finalmente, un automovilista que circulaba con su familia frenó y las trasladó de urgencia a un hospital.
«Mi nena se desvanecía, yo pensé que la había perdido. Estaba pálida, se le iban los ojos para atrás, vomitaba sangre», relató entre lágrimas la madre, aún conmovida por el horror vivido.
El primer destino fue un hospital cercano, donde le realizaron una tomografía que confirmó lo peor: fracturas en el cráneo. Debido a la gravedad de su estado, fue trasladada de urgencia al hospital El Cruce, en Florencio Varela, donde ingresó directamente a terapia intensiva.
Un agresor sin rostro y un pedido desesperado de justicia
Hasta el momento, no hay detenidos por el ataque. Las únicas pistas indican que el agresor circulaba en una moto y llevaba casco, lo que dificulta su identificación. La denuncia fue radicada en la comisaría séptima de Quilmes, pero hasta ahora no se registraron avances en la investigación.
Desesperada, Melisa clama por justicia y pide colaboración para dar con el responsable. «No se sabe nada, solo que estaba en una moto y tenía un casco. Necesito que se haga justicia por mi hija. Necesito cámaras, testigos, que alguien cuente si vio algo».
Mientras tanto, Roma sigue internada, peleando por su vida en una batalla que nunca debió enfrentar. Una tragedia que pudo evitarse y que deja en evidencia la impunidad con la que algunos delincuentes actúan, sin importarles las consecuencias de sus actos.