Se trata de Guillermo Román, quien dice sentirse ahora con mucha desconfianza, y pese a agradecerle a la gente que actúa de forma correcta, se lamenta la falta de consideración de otros: «No nos merecemos que se porten así».
Un recolector de residuos de Brandsen se cortó con vidrios y fierros dos veces en diez días mientras cumplía con su labor, y hoy pide a la comunidad que tome conciencia a la hora de sacar sus desechos a la calle. Actualmente se encuentra con carpeta médica, pero advierte que la serie de episodios que sufrió lo obligan a «replantearse» su continuidad.
Guillermo Román dialogó en exclusiva con DLN y explicó: «En el lapso de diez días tuve dos cortes y seis puntos en total. El primero fue la semana pasada. Ese día en calle Beruti estábamos armando los montones para que recojan nuestros compañeros, y cuando volví con las manos libres en busca de la bolsa que me quedaba, al tomarla no vi un pedazo de vidrio. Ese roce me cortó en la altura de la palma abajo del dedo pulgar, y me tuve que hacer dos puntos por la herida».
Sin embargo este mal momento no terminó ahí, ya que esta semana nuevamente se repitió algo similiar: «Me reintegré ayer luego de la carpeta, y al final del recorrido, sobre calle Alberti hice el mismo procedimiento, tomé una tanda de bolsas y una de ellas era grande, tenía pasto, basura y pedazos de fierro que tampoco vi, porque si no no la hubiese levantado. Estaba cargado, y sentí que me rozó la pierna un fierro, me rajó el pantalón y me cortó. Vi mi pierna manchada de sangre y me di cuenta de que me había cortado feo.»
El hombre, que trabaja hace tres años para el Municipio enfatizó en la necesidad de un toma de conciencia colectiva: «Las dos veces se trató de bolsas que no tenían cartel de advertencia por elementos cortantes, ni tampoco estaban puestos adentro de una caja para no lastimar.»
En ese sentido explayó que lo que piden es criterio: «No pedimos siquiera que separen húmedo y seco, lo cual sería genial si lo hacen, sólo queremos criterio. Si alguien tiene vidrios, lo ideal sería envolverlo en papel, luego en una bolsa, y eso mismo colocarlo en una caja que irá adentro de una bolsa más grande. Es para asegurar que nada sobresalga y evitar daños a compañeros y también a las personas que abren bolsas en busca de comida, o animales con hambre. Nosotros al menos tenemos una aseguradora que nos avala pero el resto no, es importante tomar conciencia porque nos podemos cortar todos.»
A ese respecto, el trabajador lamentó: «Nunca nadie se quejó de nuestro trabajo y esto me pone mal porque creo que jamás hicimos nada malo ni nos merecemos que se porten así con nosotros. No es toda la gente, quiero aclararlo, es una minoría, porque hay mucha gente que hace las cosas bien y hemos creado un cambio con las campañas que impulsamos el verano pasado. Son los menos quienes no entienden, por eso quiero agradecer a toda la gente que sí actúa de la forma indicada».
publicado en DLN