Piden hasta 50 mil dólares a los dueños de supermercados. A los que no pagan los balean o incendian sus locales
La mafia china que opera en la Argentina obtiene el grueso de sus ganancias a través de dos actividades: el tráfico de personas y la extorsión a supermercados.
Según reveló un informe de Periodismo Para Todos, desde el año 2000 la mayoría de los chinos que llega al país proviene de la provincia de Fujian. Muchos de ellos ingresan a través de la frontera con Bolivia porque allí no le piden visa para entrar.
En Aguas Blancas, Salta, se encuentra uno de los mayores pasos ilegales. Los «Cabeza de Serpiente» son los encargados de hacer los contactos para el ingreso. «Muchos no saben a ciencia cierta qué es la Argentina, saben que vienen a América. Y quedan en manos de las mafias. La más conocida es la de supermercadistas», explicó Horacio García, director de Migraciones.
Para venir a la Argentina pagan entre 5 y 10 mil dólares. En algunos casos, cuando no pueden abonar la totalidad del «pasaje» son obligados a trabajar para cancelar la deuda: las mujeres en las prostitución y los hombres en supermercados. Incluso algunos dueños de supermercados pagan a los traficantes de personas y después el ciudadano chino debe trabajar hasta saldar la cuenta, suele ser aproximadamente dos años.
La extorsión es otra de las actividades más frecuentes de la mafia china. Tal como relatan las propias víctimas, el mecanismo es simple: dejan una carta debajo de la puerta del supermercado donde dicen, en chino, que deben pagar una cifra (generalmente unos 50 mil dólares). En caso de no contactarse con el extorsionador, llega la primera advertencia, que puede ser un disparo al cajero o un incendio del local.
Una vez que se realiza el pago, el supermercado queda bajo la protección de una facción de la mafia. Cada una tiene su logo y suelen tener un cartel al ingreso para su identificación. Si un comercio no tiene cartel, está libre para ser extorsionado. Es por eso que deben seguir pagando el canon para no perder la protección, tal como explica Carlos Adrove, jefe de Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal.
Tal como quedó acreditado en diferentes escuchas judiciales, la mafia china ya comenzó a utilizar mano de obra local para llevar adelante las intimidaciones.