Hemos leído con muchísima indignación, la reflexión clara y concisa de un vecino de Chascomús, que siendo una persona de alto riesgo, nunca fue vacunado, y pese a haber ido un par de veces a consultar al vacunatorio, no lo han llamado aún.
Señor Presidente… Señor Gobernador, y sobre todo, para quienes vivimos en un «pago chico» SEÑOR INTENDENTE… ¿En serio piensan que como dijo el presidente, «no hay delito en saltarse la cola»?, queriendo minimizar de manera vil la defraudación que cometieron sus funcionarios, y que terminó con la renuncia del Ministro de Salud? Obviamente, es una frase que no solo es una bajeza y una demostración casi sin precedentes de falta de moralidad en un mandatario, (aunque no disculpamos los desaguisados de los anteriores) porque en este caso se trata de justificar a impunidad, y los privilegios que ostentan quienes tienen el mandato popular, en desmedro de la ciudadanía de a pie.
¿Tan imbéciles creen que somos, que nos escupen su impunidad en nuestra cara, mostrando con total descaro que hacen lo que quieren y como quieren, pese a quien pese y caiga quien caiga?.
Acá, estimados, el «saltarse la cola», es directamente perjudicar, y probablemente causarle la muerte a personas que por sus dolencias preexistentes tienen un riesgo mayor, que hace que si contrajeran el maldito virus, tendrían pocas o nulas probabilidades de sobrevida.
Mientras tanto, hasta se han sacado fotos, vanagloriándose de sus privilegios y de su asquerosa y detestable impunidad.
¿No lo sabe, señor Javier Gastón? ¿Tan ocupado está sacándose fotos para la próxima campaña, mientras en su entorno y bajo sus narices pasan estas cosas que usted ignora, o quiere ignorar?
Desde la oposición, al menos trataron de preguntar acerca de las formas y pedir listados de la gente vacunada o no. Pero ustedes no los entregaron, echando la culpa a «la provincia» y diciendo sencillamente que acá, se hacía todo bien.
PARA SU INFORMACIÓN NO ES ASÍ. Y ACÁ, LE COMPARTIMOS UNO DE LOS TANTOS CASOS:
A QUIEN CORRESPONDA:
No acostumbro comentar por este medio nada que no esté relacionado con el Slot, pero me siento realmente indignado y deseo expresar mi parecer, aunque ello implique escribir algo muy largo y que puede caer mal a muchas personas, pero creo es hora de no callarnos más.
Para aquellos que no me conocen tanto les comento que tengo casi 67 años, tuve dos infartos, me pusieron dos stents, y tomo 5 pastillas distintas diarias y de por vida, y estoy jubilado por incapacidad laboral porque los estudios médicos indican que mi corazón tiene un 70 % de discapacidad.
No me pidan que explique mejor lo anterior porque no soy médico y no puedo hacerlo, pero de una cosa sí estoy seguro: en la situación que actualmente vivimos por culpa del Covid 19 soy del grupo de alto riesgo.
Vaya todo esto a modo de introducción para entender mejor la razón de estas líneas y paso a comentar:
Oportunamente y a través de la aplicación del Gobierno Provincial me anoté a fin de solicitar el turno correspondiente para recibir la vacuna contra el coronavirus, y un par de días antes recibí la notificación que debía presentarme el 16 de Abril para la primera dosis. Sin embargo, el 15, o sea al día siguiente de recibir el aviso, y un día antes de la fecha asignada, recibí una llamada telefónica del vacunatorio local diciéndome que no me presentara porque no tenían vacunas, y que cuando llegaran más habrían de avisarme para concretar la aplicación.
Tres o cuatro días después llegaron más vacunas, pero como no me avisaban nada, tras dejar pasar una semana, me presenté a consultar para cuando habían pasado mi turno, pero no supieron decirme nada en concreto, y sólo logré averiguar que otra vez se habían acabado las vacunas y que debía seguir esperando a que me llamen.
Obviamente no volví a tener más noticias, y en el medio sí pude enterarme que se estaba vacunando a personas que, encontrándose en la misma situación que yo, simplemente se presentaban a averiguar y en algunos casos tenían suerte y los vacunaban, como así también me enteré de un trascendido (que resultó real) de personas con domicilio en otras localidades que por el simple hecho de ser parientes de algún responsable del vacunatorio, habían recibido la vacuna en Chascomús.
Ayer, 45 días después de la fecha que se me había asignado, volví a presentarme para consultar, y se me contestó algo así: «Señor, tiene que seguir esperando que del Gobierno Provincial le avisen su nuevo turno, y acá no tenemos nada que ver». Ante mi insistencia, me dijeron que lo mismo le había pasado a mil personas, y que las vacunaban a algunas cuando podían.
O sea: una respuesta muy desafortunada que me dejó sumamente
enojado y con una impotencia terrible.
Yo no sé quién es el responsable de todo esto, no sé si es el Gobierno Provincial, el Municipal o, como dicen muchos, La Cámpora, pero de una cosa estoy seguro, sea quien sea, lo está haciendo muy mal.
Perdone mi atrevimiento aquel que sea el responsable, pero le voy a hacer un cuentito que creo le va a servir para entender como se hacen las cosas cuando se quieren hacer bien y justamente:
Imaginen que van a un negocio y hay bastante gente comprando, el dueño (El Estado) le pide que saque número (el Turno) y cuando le toca ser atendido Ud. pide una bolsa de caramelos Mu-Mu (la vacuna), y el empleado que lo atiende (el vacunatorio) le dice que se acabaron, pero que espere afuera ya que el proveedor está por llegar. Minutos después, efectivamente llega el proveedor, y el dueño (el Estado) o el empleado (el vacunatorio) lo llama, lo hace pasar y hace esperar a quienes tenían número (turno) después de Ud. para darle los caramelos Mu-Mu (la vacuna).
Como podrán ver, es muy sencillo, pero todo lo que hace falta es usar un poco el sentido común, y si bien es cierto que no es delito saltearse la fila, no es de buena persona.
Tal vez después de esto tenga que hacer una colecta entre los amigos para conseguir un pasaje a EEUU y vacunarme allá, ya que es muy probable que nunca más me llamen, pero ya me cansé de quedarme callado y que me pasen por encima.
A mis amigos les pido perdón por la lata, y espero esto le llegue a quién corresponda.
ANTONIO J. MACCHI (Publicado en su perfil de Facebook)