LA MAYORÍA DE LOS COMERCIANTES PROPIETARIOS Y RENTISTAS DE LIBRES DEL SUR, NO ESTÁN DISPUESTOS A ACCEDER A PAGAR EN ESTE DIFÍCIL MOMENTO POR UNA OBRA QUE NO ES PRIORITARIA, Y QUE SE HA TORNADO EN UN CAPRICHO DEL EJECUTIVO LOCAL.
Los comerciantes del «Centro de Chascomús», específicamente los que poseen locales sobre la calle Libres del Sur, se han reunido de urgencia para entre todos encontrar la forma de solucionar el problema que se plantea por la obsesión del ejecutivo local, y particularmente del secretario de turismo, desoyendo las voces que se fueron alzando en contra, no del proyecto en sí, sino del momento que han elegido para llevarlo a cabo.
La cita fue a las 21:00 horas en el ámbito del Concejo profesional de Ciencias Económicas, y participaron aproximadamente cincuenta personas, para ponerse de acuerdo en qué camino tomar.
Luego de escuchar distintas opiniones, quedó en claro que no están dispuestos a pagar las reformas y cumplir con la ordenanza ideada por Javier Gastón que pretende obligarlos a hacerlo.
Finalmente, prepararon un «boceto» de la nota que presentarán al Intendente, para reunirse a tocar el tema y poner sus opiniones sobre la mesa.
AQUÍ LA NOTA PARA GASTÓN
La realidad del país, es hoy muy complicada y sobre todo para quienes tienen que afrontar los elevados costos de mantener y llevar adelante un comercio, con los agravantes que las ventas en esta situación inflacionaria, van cayendo de manera lógica y constante.
Pero eso no es lo único que este proyecto trae aparejado como inconveniente o perjudicial para los frentistas. En primer lugar, está la decisión (antojadiza a nuestro criterio) del ejecutivo de cobrar a los comercios por una obra que financia provincia en su totalidad. (es más, sobran $4.500.00.-). Son importes elevados que complican a cualquiera, y mucho más cuando no han sido previstos. Pero acá no termina la cosa… Está el costo de reparaciones y refacciones que cada local deberá hacer, ya que como los cableados y obras serán subterráneos, se verán obligados a reformar las instalaciones que tienen. Y a todo esto, hay que sumar el tiempo que demandará la concreción de la obra, lo que provocará un «lucro cesante» que no todos pueden soportar, para cumplir con sus gastos y con los sueldos de los empleados de cada uno. Según se dijo, lo obra demandaría unos tres meses, pero según el pliego de provincia, serían ocho.
En definitiva, el capricho del ejecutivo, terminará perjudicando gravemente a algunos y hasta terminando con la vida comercial de otros, pudiendo inclusive provocar pérdidas de fuentes de trabajo.