Tal como lo informó La Tecla en su momento, desde la provincia de Buenos Aires planean lanzar una modificación para abrir el juego de financiamiento a privados. La normativa, saltó a la Nación y los borradores se conforman en conjunto. La interna también dice presente.
Desde hace algún tiempo, según pudo saber La Tecla, en los pasillos del Senado bonaerense comenzó a circular un borrador con reformas a la ley de financiamiento de los partidos políticos en la Provincia. El mentor del proyecto es, nada más y nada menos, el Ejecutivo a cargo de María Eugenia Vidal, que, a través del jefe de Gabinete, Federico Salvai, dispuso los principales lineamientos a seguir por su selecto grupo de representantes legislativos.
Si bien todos los sectores que conforman ambas cámaras coinciden en que es necesario realizar una modificación sobre la normativa vigente, son muy diferentes los postulados que busca promover cada fuerza. Pero parece ser un poco tarde.
Es que, desde Gobernación ya se encargó al olavarriense Dalton Jáuregui, quien está al frente de la comisión de Reforma Electoral, que avance con el borrador. Las escrituras comenzaron más rápido de lo esperado y en el afán por conseguir acompañamiento pleno de la alianza oficialista, se realizaron una serie de reuniones en el plano nacional que comenzaron a desarrollarse a mediados de mayo y se mantienen vigentes.
Producto de los reuniones con referentes nacionales, desde las filas del PRO nacional se decidió cambiar el eje de la reforma y elevarla. Es decir, que pase de la Legislatura al Congreso de la Nación y tome fuerza como una ley nacional para que se replique en las Provincias en caso de su aprobación.
No obstante, el calor de la discusión que comenzó en el Senado bonaerense dejó ver los principales fundamentos que busca aprobar la pata amarilla de la alianza Cambiemos.
En ese sentido, las principales líneas que ya están redactadas tienen un impacto importante en las fuerzas históricas. Allí radica el principal conflicto interno para Cambiemos.
Con total impronta Pro, la normativa apuesta a quitar reconocimiento estatal destinado a financiar edificios de las fuerzas políticas con anclaje histórico, como la UCR y el PJ. Desde la rama boina blanca hablan de “desfinanciar” los partidos, mientras que desde el sector amarillo aseguran que “quitar participación estatal en los partidos es avanzar en la transparencia”.
La medida tiene un antecedente cercano en la Provincia, cuando en el Presupuesto 2018, aprobado a finales del año pasado, se dio vía libre para ponerle un fin a la eximición impositiva sobre las casas de los partidos políticos. El artículo se aprobó en consonancia con la totalidad de la Ley de Leyes, y se espera una pelea judicial por su implementación. No obstante, fue la punta del iceberg para que la UCR y el PJ se pongan en alerta.
Con dicho panorama aparece en el horizonte el borrador de la reforma de la ley de financiamiento de partidos políticos, que tiene como objetivo comenzar a reducir escalonadamente la financiación estatal. Además, con un claro anclaje electoral norteamericano, apuesta a que sectores privados puedan intervenir sin problema alguno en los espacios.
Actualmente, ninguna empresa puede financiar fuerzas políticas más allá de un aporte mínimo, de entre el 1 y 2 por ciento del financiamiento partidario. Diferente es lo que aportan en las campañas electorales. Con la variable, el empresariado puede tener una constante inversión en los partidos.
“Es una ley hecha por el Pro para el Pro”, comentó un senador del peronismo a La Tecla. Claro, desde el PJ y la UCR realizan prácticamente la misma lectura. “Ellos no tienen estructura partidaria, hace poco quedaron en falta con los afiliados; si entran las empresas, salen ganando”, señaló un senador del centenario partido.
La diferencia en los criterios es más que permeable por los pasillos de la Legislatura. Justamente, la rama boina blanca pergeñaba un cambio para tratar en 2019, cuya meta era modificar la financiación, pero al contrario del postulado Pro, y asegurar mayor presencia estatal.
En cuanto a los tiempos, la idea amarilla no distaba mucho, y se jugó con la posibilidad de enviar el proyecto en 2019, para dar un mensaje a la sociedad. No obstante, las reuniones para darle forma a la nueva legislación son cada día más.
Una vez que salga a la luz jugará fuerte la palabra “austeridad”. Es que el macrismo y vidalismo quiere dar esa imagen. El Estado saliendo de la financiación de los partidos políticos va en línea directa con el achique del gasto público.
Vale destacar que al escenario de reuniones y borradores, se suma las declaraciones de la gobernadora María Eugenia Vidal que por primera vez reconoce en público la idea de modificar la ley de financiamiento de partidos políticos. “Esa ley tiene lagunas, deficiencias, por eso lo mejor es que haya una nueva ley que contemple que los aportes sean bancarizados” indicó la mandataria en una recorrida por la Cuarta sección.
Así, la caja de los partidos políticos ingresará en la discusión grande y la posibilidad de cambiar el esquema para dar un giro hacia el modelo norteamericano está latente. La interna no pasará desapercibida y tendrá su rol.
fuente LATECLA