
La falta de pago a transportistas rurales vuelve a dejar a decenas de alumnos sin poder asistir a la escuela. Una situación que se repite y que revela la ineficiencia del Consejo Escolar para garantizar algo tan básico como el acceso a la educación.
13 de Octubre de 2025
CHASCOMÚS – En Chascomús, lamentablemente el problema del transporte escolar rural ya no es una novedad. Es una postal que se repite, una historia que duele porque siempre tiene las mismas víctimas: los chicos.
Desde hace dos semanas, alumnos de la Escuela Juan José Bilbao N°11, ubicada más allá de la fábrica Villa del Sur, no pueden asistir a clases. Lo mismo ocurre —según relatan padres y docentes— en la escuela de Comandante Giribone, la Escuela N°38 y posiblemente en otros establecimientos rurales donde el servicio de transporte simplemente dejó de funcionar.
La causa, una vez más, no tiene que ver con caminos intransitables (que los hay) ni con problemas mecánicos. Tiene que ver con la falta de pago a los transportistas, que no pueden continuar su tarea porque el Estado, a través del Consejo Escolar, no cumple con sus obligaciones.
Resulta indignante que se naturalice una situación que viola derechos elementales: el derecho a la educación y el derecho al trabajo. Porque aquí hay dos damnificados: los alumnos, que pierden días de aprendizaje y socialización, y los choferes, que no cobran por un servicio que el Estado les contrató.
La pregunta que flota en el aire es la misma de siempre: ¿dónde está el Consejo Escolar mientras esto ocurre? ¿Cómo puede ser que un organismo creado precisamente para garantizar el funcionamiento del sistema educativo sea el responsable de su parálisis?
No hay excusa posible. No se trata de “trámites demorados” ni de “problemas administrativos”. Se trata de niños que quieren ir a la escuela y no pueden, de padres que no tienen cómo trasladarlos, de docentes que esperan alumnos que no llegan, y de transportistas que no pueden trabajar porque el Estado les debe dinero.
La educación rural siempre ha sido la más olvidada. Pero lo que ocurre hoy en Chascomús —y que no sucede en otros distritos de la Provincia— es directamente inaceptable.
El Consejo Escolar tiene la obligación legal y moral de resolver esta situación de inmediato. Cada día que pasa sin transporte, es un día más de desigualdad.
Porque cuando los chicos del campo no pueden ir a clases, el Estado está faltando a su palabra, y a su deber más básico: garantizar la educación pública para todos.
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