El Municipio sancionó a un empleado que se quejó con duros términos en las redes sociales por no recibir desde el 20 de abril los elementos de seguridad e higiene necesarios para realizar su tarea. Lejos de solucionar el reclamo lo suspendieron por diez días y sufrió un descuento de más de $10.000.-
Días atrás, trascendió a través de la red social Facebook la indignación de una señora, esposa de Víctor Armando Lescano, por la decisión de las autoridades del municipio de Chascomús de sancionar con una suspensión que derivó en un fuerte descuento en sus haberes a su marido, que “osó publicar un video que subió a la red social, en donde se quejaba, por la falta de entrega de la ropa y los elementos necesarios de seguridad e higiene para realizar su trabajo”.
El texto de la mujer, decía lo siguiente:
«Quería agradecerle a los «señores» Javier Gastón y Cipriano Pérez del Cerro, por el descuento que le hicieron a mi marido. Espero que al menos con ese descuento les alcance para darle la ropa que reclamo y por lo cual ustedes los suspendieron, quitándole de su sueldo $10.192,97. Desde el 20 DE ABRIL los recolectores están esperando la ropa. También agradecer a los gremios por la manera tan eficaz q cumplen su trabajo, por el apoyo que les dan a los trabajadores, ahhh No! Cierto q a ninguno de los gremios les importa q les den ropa. La ley dice que dos veces por año le tienen que dar, bueno les recuerdo que entramos en el mes 8 y ustedes no les dan ropa desde octubre. Bueno cuando no lleguemos a fin de mes voy a solicitar la mercadería q ustedes dan, total hay algunos capataces q la retiran, así q no creo que haya problema. Atte Mónica López y mis 4 hijas.
La situación, plantea varias cuestiones. Por un lado, el muchacho tiene derecho a expresarse en las redes sociales, porque, de hecho, es una de las funciones que cumplen para la gente. Ahí se comparten vivencias, alegrías, tristezas y curiosidades. También mucha gente las utiliza como forma de apaciguar su dolor ante alguna pérdida, o para hacer catarsis ante alguna injusticia.
Precisamente, creemos que este es el caso. El muchacho, expresó con indignación su sentimiento de desamparo por parte de las autoridades municipales, reclamando que le sean provistos los elementos de seguridad e higiene que el municipio está obligado a entregar. Más aún, cuando en el lamentable contexto que se vive a causa de la pandemia que afecta al mundo, lo menos que se debe hacer es cumplir con los cuidados y precauciones necesarios.
No avalamos la “forma”, ni los agravios que utilizó en el video en cuestión, pero estimamos que la posición de las autoridades en esta situación, por lo menos debió ser más empática y comprensiva. No tuvieron en cuenta que el empleado debió trabajar, juntando la basura de Chascomús, poniendo en riesgo su integridad física, mientras se transitaba el peor momento de la pandemia, donde nadie podía ni siquiera asomarse por la ventana y no contó con las mínimas provisiones necesarias para cuidarse. Es lógico que se haya sentido descuidado y desamparado. Y no perdamos de vista que quienes estaban en falta fueron las autoridades por no cumplir con su obligación.
¿Correspondía una sanción?… No lo sabemos. Tampoco conocemos las medidas que se hubieran podido tomar al respecto. Se hubiera podido “amonestarlo”, o sancionarlo de otra forma, pero no. Era necesario suspenderlo por diez días, y hacerle sufrir el descuento de casi $10.000.- de sus magros ingresos, provocando además el consiguiente problema que su familia tendrá a causa de esto. Pero claro. Eso es “problema del muchacho”.
Todo esto, fue tratado en el Concejo Deliberante, donde varios ediles consideraron “excesivo” el castigo aplicado a Lescano, pero aun así, las autoridades siguieron adelante con la sanción.
No es la primera vez, que, desde el personal de distintas áreas del municipio, se manifiestan quejas o reclamos por actitudes que rozan lo despótico, y que inclusive han provocado la renuncia de algunos profesionales, como en el caso del Hospital.
Se denunciaron amenazas, persecuciones, aprietes y muchos dicen por lo bajo lo que no se atreven a contar, por miedo a ser despedidos o sancionados.
Una lástima, porque asumieron con la ilusión de mucha gente, mostrándose de una manera totalmente opuesta a esto que ahora muchos denuncian y padecen. Y los gremios, con su inacción, merecen una nota aparte.
Nadie parece ocuparse “de verdad” de los empleados municipales, y así, es como se sienten desamparados y padecen las actitudes de quienes llegaron en bicicleta, pero al parecer, gobiernan con un látigo.