Pareciera que, en la Argentina nunca se puede encontrar un equilibrio en las cosas. Todo siempre tiene que ser o blanco, o negro, sin matices ni alternativas. Somos una especie de fanáticos en potencia que reaccionamos de acuerdo a lo que sentimos, dejando de lado el raciocinio, el análisis y la reflexión. Será por eso, por nuestro adn latino, que muchas veces algunos inescrupulosos se aprovechan de esto, y apelando a nuestro corazón nos llevan de las narices a situaciones que a menudo no terminan bien.
Suele ocurrir sobre todo en política. Conocedores de nuestras reacciones, tejen estrategias para manipularnos, y lo hacen en algunas ocasiones para conseguir adeptos, y en otras solamente para perjudicar al eventual adversario.
Muchos, nos dejamos llevar y cada cosa que pasa, la vivimos como si todo fuera River o Boca, Kirchnerísmo o Macrísmo, llegando a los límites de enojos, peleas y broncas que increíblemente afectan muchas veces relaciones entre familiares, amigos y cualquiera que esté “en la vereda de enfrente”.
Últimamente, y en especial luego de la denuncia que la actriz Thelma Fardín hizo pública en contra del actor Juan Darthés, donde dijo haber sido violada hace unos diez años atrás durante una gira de la novela en la que ambos participaban, se han precipitado algunas situaciones positivas, como otras no tanto. Lo malo de esto, es una especie de “cacería de brujas”, en donde pareciera que todo el mundo fue abusado, o quiere de pronto dejar en evidencia o “escrachar” a quien en algún momento de su vida nos hizo algo. Esto, solo en parte, está bien.
Desde ya que está muy bien que se denuncien los casos de abuso. Es muy positivo, que quien lleva ese dolor durante años sin poder manifestarlo, finalmente se anime, y denuncie a él abusador/a, sea cual fuera su género, edad, profesión o estado civil.
Nada justifica una situación de abuso, y condenamos a quienes lo comenten. Pero tenemos que empezar a tener muchísimo cuidado con las formas y con las “puertas que abrimos”, ya que las cosas pueden tomar giros inesperados, que a veces no nos dan la posibilidad de volver atrás.
Hoy, a días de que se disparó esta situación, muchas personas se organizaron, para comenzar a escrachar a quienes de alguna manera cometieron abusos. Una suerte de “justicia por mano propia”, con consecuencias peligrosas. El primer grave error que se cometió, es que se mete todo en la misma bolsa, cuando hay distintos tipos de abuso, que son muy diferentes, y tienen distintos grados de gravedad.
El ejemplo que citaremos, fue la denuncia que hizo Geraldine Newmann, (hermana de Nicole) contra el chef Ariel Rodriguez Palacios, también conocido como el “Maestro de Cocina”. por un programa que hacía en el desaparecido canal Utilísima.
Newmann trabajó junto a Palacios en el programa “Que Mañana”, que hasta hoy se emite por canal 9, y de pronto, salió a través de las redes a denunciar que había sufrido abusos por parte del cocinero.
En primera instancia, la denuncia, si uno no lee y no se interioriza de lo que pasó, se tiende a creer que es algo similar a lo ocurrido con Darthes. Lo cierto es que nada tiene que ver un hecho con el otro.
Mientras que Fardín denunció que Darthes la besó de prepo y “le metió la mano por debajo de la pollera, le introdujo los dedos y luego la penetró”, lo que lisa y llanamente es una violación, el caso de Newmann con Rodríguez Palacios se trató de que “me hacía chistes con doble sentido, me hacía desfilar y me miraba la cola. Tampoco me gustaba que me diera de comer haciendo el avioncito” …según lo relató la misma Geraldine.
Puede opinarse en favor o no de la actitud del cocinero. Puede o no tomarse como una especie de “abuso de poder”. Pero lo que no puede hacerse es ponerlo en el mismo lugar que una violación. Eso es inaceptable.
Pero yendo más lejos, el mayor problema que plantea esta modalidad, es que puede ser utilizada de manera inescrupulosa por cualquiera que sienta despecho, inventando alguna situación que pone a alguien en un lugar del que es muy difícil salir.
Días atrás, en la ciudad de Bariloche, un chico de solamente 18 años se suicidó, porque su mejor amiga lo denunció falsamente, diciendo que había abusado de ella, para luego disculparse con él y con los padres, alegando que fue un momento de bronca. Lo cierto, es que el chico, no pudo soportar el escrache público al que fue sometido, y el escarnio en las redes sociales, que lo llevaron a tomar la triste decisión.
¿Y ahora?… ¿Y la criatura que se quitó la vida?… ¿y la familia destrozada?… Obviamente que nada de esto tiene arreglo. El chico, llamado Agustín Muñoz, había perdonado a su amiga. Sus padres, en un acto de increíble grandeza también.
En el siguiente link, está el video con la palabra de los padres de Agustín.
(https://larevistadigital.com.ar/blog/un-adolescente-se-suicido-luego-que-una-amiga-lo-denuncio-falsamente-por-abuso/)
Lamentablemente no se pudo hacer nada,y ya nada puede decirse en favor de una iniciativa que costó la vida de una criatura.
En honor a ese chico, deberíamos cuidar un poco nuestros actos, y pensar varias veces antes de querer hacer justicia en favor de gente que muchas veces ni siquiera conocemos.
Probablemente algún día lo logremos.