La reunión se había pautado como la reaparición de Florencio Randazzo, y se iba a concretar en un reconocido restaurante de General Belgrano, junto a Germán Cestona ex intendente de ese distrito y referente del randazzismo de la quinta sección electoral, pero debió abortarse por el escándalo que se armó en el lugar cuando llegó el dirigente local.
Según las versiones, en cuanto los comensales reconocieron a Cestona no tardaron en acusarlo a viva voz de «chorro» y «delincuente», generándose un momento de extrema tensión que obligó al dirigente a retirarse del lugar y abortar la reunión con el ex ministro de Transporte, que además iba a ser solo la previa de un plenario del peronismo de General Belgrano.
Para evitar males mayores ante la virulencia desatada en el local gastronómico, la reunión y plenario con Randazzo se trasladó a las instalaciones de un campo alejado de la ciudad, con la consecuente merma de asistencia y volumen político, por lo que fue un acto prácticamente sin repercusiones.
El enojo de los vecinos con Cestona es de larga data. Abundan las versiones sobre supuestos negociados en la construcción del complejo termal de ese distrito, emprendimiento privado que de todas maneras integran algunos ex funcionarios municipales, lo que siempre generó sospechas sobre la participación directa del ex jefe comunal en el negocio.
En el terreno estrictamente político, Cestona es una víctima más de la negativa del hombre de Chivilcoy a competir por la provincia de Buenos Aires, lo que dejó a todo el randazzismo fuera de las listas legislativas en las elecciones del 2015, por lo que no pudo renovar su mandato como diputado provincial.
Ahora pretendía renacer de la mano del ex funcionario nacional, pero parece que los problemas en su pago chico son mucho más grandes de lo que hubiera imaginado y fueron los propios vecinos los que de manera espontánea se lo hicieron notar.
FUENTE: AGENCIA NOVA