El triste testimonio de una empleada de ARCA, ante la incertidumbre del traslado obligatorio, renuncia o despido…

Es empleada de la Provincia de Buenos Aires, y no mencionaremos su nombre para no exponerla. Un testimonio que conmueve de una persona que con más de 50 años, vive una incertidumbre que le destroza el alma.

08 de Marzo de 2025

BUENOS AIRES –   Luego de los movimientos que el gobierno está aplicando con ARCA, muchos, por no decir todos los empleados de la repartición, viven una situación que no se le desea a nadie: La angustia de perder todo lo que uno tenía en su vida, todas las certezas, las tranquilidades, los planes y proyectos y quién sabe qué más.

El caso que exponemos, es el de una mujer, mayor de 50 años que está desesperada porque no sebe, como tantos otros, lo que pasará con su futuro cercano.

Acá dejamos su testimonio, que es solamente una muestra de uno de los casos, que nos hace ver lo que la gente está viviendo en esta terrible, caprichosa e impensada situación.

«No sabemos nada. Hay una incertidumbre terrible. Hay gente que tiene que hacer 180 km. De ida y 180km. De vuelta. Y en algunos distritos, 300 de ida y 300 de vuelta. ¡Imaginate el quilombo que hay! No tenemos novedades de cuándo empezamos, cuándo se deja la oficina, si tenemos que trabajar remoto, si nos pagan el viaje, si no te pagan nada, que creo que no nos pagan nada… Si tenés algún retiro voluntario o tenés que renunciar. Hay gente grande que no puede viajar todos los días. Hay gente que tiene nenes en el colegio, y no pueden mudarse, ni buscar escuela a mitad de año, buscar casa para alquilar… No es el mejor momento y seguramente la semana próxima haya quilombo. No sabemos más nada. Estamos desesperados. La gente de 25 de Mayo, tiene que ir hasta Cañuelas y tiene más de 150 kilómetros…

Todo esto, luego de tantos años de trabajo, tanto sacrificio y de un día para otro, te cambian la vida. Te dejan sin nada, y sin saber qué van a hacer con vos.

Nos tiran a la basura, o nos obligan a irnos… No nos dejan chances, y destrozan familias. Tengo una compañera que con esto, depende cómo se defina, no le va a poder seguir pagando los estudios a su hijo. ¿Qué hace?. Otro le paga el alquiler y ayuda a sus padres que son muy mayores. ¿Cómo lo va a hacer ahora? En muchos casos, son más los gastos a afrontar, que el mismo sueldo. ¿Esto era lo que tenían pensado para mejorarnos la vida?»…

Las palabras son concluyentes, y el sentimiento doloroso. Esperemos que quienes gobiernan tengan un poco de empatía con los trabajadores del sector.
No es esta gente la «Casta» que hunde a nuestro país. Mañana, nos puede tocar a nosotros.