El diputado nacional, asegura que el expresidente debe ejercer su liderazgo para ordenar al espacio y no para volver a competir en 2023; le pide a Larreta que arme un “scrum” de moderados para blindarse de los “halcones”. Reproducimos un interesante reportaje que brindó al diario La Nación.
«Emilio», como se lo llama entre propios y ajenos, se distanció con el ex presidente Macri en el año 2018. Desde entonces, pasaron muchas cosas, en donde Monzó desde su propio espacio, vio cómo la gente se iba sumando, y no solo solucionó algunos problemas de viejos rencores con algunos, sino que se acercó a Horacio Rodríguez Larreta y se alió al radical Facundo Manes para volver al Congreso.
Mantuvo su discurso de la moderación, al que poco a poco muchos actores de la política se fueron acercando e inclusive en algunos casos, tratando de hacerlo como propio.
Hoy, pese a estar distanciado del ex presidente, sostiene que Macri “es la figura más importante de Juntos por el Cambio”. Es más, considera que es el dirigente que más votos tendría en una interna del espacio. Lo ubica en el espejo con Cristina Kirchner, modelo 2019. Sin embargo, Monzó está convencido de que Macri no debería competir en 2023, sino ocupar el rol de mentor: “Aspiro a que esté en la cabecera de JxC para ordenar el espacio, no para ser candidato”, remarca.
Con respecto a Larreta, Monzó pretende que forme un «Scrum» de «palomas», y de esa forma poder blindar a los dialoguistas, entonces poder enfrentar a los «halcones» en las PASO. Asegura que tratará de formar un espacio con el radicalismo y el PRO, conformando un sector de moderados.
Acá reproducimos la nota que brindó al diario La Nación:
-¿Le preocupa que el Gobierno no haya logrado resultados concretos en la negociación con el FMI o es comprensivo por la pandemia y la crisis heredada?
-Soy comprensivo por la pandemia. No solo cambió nuestra relación con el FMI, sino que también la economía global. Entiendo que el mundo se está acomodando a esta nueva realidad y las relaciones de entidades financieras, en este caso el Fondo, con los países deudores no son ajenas a esta situación. Hay que ser consciente de que, producto del coronavirus, la realidad es totalmente distinta al momento que se tomaron los créditos. Lo que falta por parte del Gobierno es certezas. A la ausencia de resultados con el FMI se agregan las incertidumbres domésticas: la inflación, la pobreza, la inversión o la reactivación económica. El Gobierno no tiene disciplina y orden, desde el primer día.
-¿JxC tiene que dialogar y acompañar al Gobierno? ¿Es co-responsable de la situación?
-Yo insisto en que hay una revolución digital que pone en riesgo al tejido social, a muchos empleos e invita a la reconversión de la sociedad y de la economía. Con esta situación, no hay nada mejor que pensar en lograr acuerdos. ¿Cómo no vamos a ayudar al diálogo? Pero acá hay un punto, el primer responsable es el Gobierno. La impotencia para solucionar estos temas tan complicados lo lleva al oficialismo a estar en campaña permanentemente, en lugar de ir a buscar el diálogo con la oposición. Lo hicimos nosotros también. Y esto está pasando en todo el mundo: la polarización es una manera de llamar la atención a tu propio electorado, olvidándote del conjunto. Juegan su partido, pero nunca para la selección.
El antagonismo es el síntoma claro de la patología de la Argentina: la impotencia a la hora de gobernar. Estamos teniendo gobernantes que no están a la altura de las circunstancias y apelan a seguir en clave de campaña a la hora de gestionar. Este es el gran problema del país.
-Gerardo Morales dice que hay sectores de JxC que “quieren que explote todo en marzo”. ¿Usted nota lo mismo?
-El kirchnerismo fue muy antagónico y muy cerrado en los cuatro años de Cambiemos. Tuvieron como objetivo oponerse a todo. Con respecto a lo que dice Morales, en todos los espacios hay sicarios digitales, que son inflexibles con el gobierno de turno. Y le hacen mucho daño a cualquier persona moderada que está dispuesta a acordar y negociar en pos del país, no de su propio electorado. No tienen tupé ni límites a la hora de agredir.
Los que estamos del lado de la mesura necesitamos generar un scrum. Al sicario se lo combate con volumen político. Tenemos que dejar de lado la vanidad o el orgullo para generar una mesa integrada por las personas que pensamos parecido. Allí, pondría a Larreta -celebro su foto con Morales-, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio, Diego Santilli, Cristian Ritondo, Mario Negri, Rodrigo De Loredo o Luis Juez, entre otros.
-¿Quiere armar un scrum de moderados?
-Y también la quiero sentada en esa mesa a la fuerza de Carrió, que fueron los más responsables en el debate del presupuesto. De esa forma, los sicarios van a quedar solos. Y no va a doler lo que hacen estos monstruos populistas, de derecha y de izquierda, que se aprovechan de las redes y la posverdad para vender remedios falsos todo el tiempo. Esto se soluciona si los moderados tenemos la inteligencia de hacer un equipo. Si no, las posiciones radicales tienen las de ganar.
Nuestra responsabilidad es construir. Eso siempre lleva tiempo y trabajo. Nos falta la humildad y debemos hacer una autocrítica, para tener una mesa desplace a esos espíritus ególatras y podamos armar una alternativa política para el año que viene. Para destruir alcanza con un tuit.
-¿Esos sicarios están en Pro y en JxC?
-Sí, hay de los dos lados. El problema es que nuestros sicarios tiran para adentro y los de ellos [por el kirchnerismo] para afuera. Es como una marca personal. Cuando uno se acerca a la palabra negociación, pacto o acuerdo, este centinela está preparado para bombardearlo. Ahora, esto de anunciar pactos y acuerdos por los medios de comunicación no va. Nunca hubo un pacto serio sin que haya antes reserva y tiempo para trabajarlo. Acá hacemos todo al revés. Cuando el Gobierno dice que nos van a invitar a un acuerdo para algo, lo doy por descartado. Eso está vinculado a un tema comunicacional, pero no tiene nada que ver con una transformación.
-¿El Gobierno solo busca la foto?
-Y nosotros hacíamos exactamente lo mismo. Un acuerdo necesita confianza, reuniones en reserva -que están mal vistas-, trabajo, tiempo y
presentación. Esto no se está haciendo. Para mí, son todos anuncios sin sentido.
-¿Hay “centinelas de JxC que bombardean” el diálogo con el Gobierno?
-Bombardean el diálogo. Son efectivos y lo reditúan políticamente, por el clickbait.
-¿Eso hace que los moderados tengan reparos a la hora de dialogar con el Gobierno o endurezcan sus posiciones?
-Sí o sí los moderados tenemos que juntar volumen político. Y el actual gobierno no cuida a quienes pueden ser los interlocutores para sacar el país adelante. Cuando gobernamos nosotros, los representantes de los gobernadores en el Congreso fueron muy responsables a la hora de acordar. Y nosotros fuimos muy responsables en cuidarlos a ellos con los acuerdos que habían firmado.
Gran parte de la conducción del gobierno nacional tiende a cohesionar su electorado con la polarización. Estoy hablando del kirchnerismo. Entonces, todos los que buscan la moderación caen en esta trampa.
-¿El diálogo con los moderados debe darse en el Congreso, como dice la mesa nacional de JxC, o no?
-Quisiera que el diálogo ocurriera en la oficina del Presidente. Que Fernández llame a cinco interlocutores válidos y responsables, que pueden hacer algo por el país…Sería bueno que el Presidente, en silencio -algo que le cuesta-, pueda hacer reuniones reservadas y una estrategia de seis meses, para armar un plan plurianual o lo que sea. Si mandamos prepotentemente planes de diferente tipo, el Congreso se va a convertir una jauría digital. Temo que podamos terminar, y lo digo con mucha angustia, con sesiones parecidas a las de fin de año pasado que poco tenían que ver con lo que necesita la Argentina.
-¿Teme que los “halcones” le marcan la cancha los moderados de JxC de acá a 2023?
-Siempre van a terminar marcando la cancha si nosotros no formamos nuestro propio equipo. Los mesurados son los que tienen mucho que perder frente a la sociedad. Insisto: nos falta volumen político. Todos los moderados tenemos que auto-convocarnos en una mesa. Ese es nuestro próximo paso para blindarnos de los halcones o sicarios.
-¿La creación de ese espacio no atentaría contra la unidad?
-Esto de tender a la unidad…En la calle la gente me frena y me dice: “no se peleen”. Eso es una utopía y una fantasía. No hay unidad cuando hay pensamientos diametralmente distintos. Pero sí la democracia permite que esto lo resuelva la sociedad. Tiene que haber PASO. Ese equipo tiene que ir a una interna. Voy a trabajar y mucho para que lo reflejado en la foto de ayer [por Larreta y Morales] sea una unidad política. Los que tenemos esta concepción política debemos conformar nuestro propio espacio. Y los halcones y los otros bichos raros tendrán que armar otro. Gobernarán los extremos o, por primera vez en los últimos 30 años, una clase política que confía en el diálogo, que cree que el adversario no es un enemigo y que la opinión no es una equivocación. Esta generación, que nació con la democracia, se merece gobernar este país.
-¿Lo ve a Macri en un espejo con la versión de Cristina de 2019?
-Es casi un espejo.
-¿Macri se revaloriza por el fracaso del Gobierno o porque mantiene su ascendencia sobre el 41% que sacó JxC en 2019?
-En parte, por las dos cosas. ¿Cuánto mide Macri? Muchos me dicen que mide 14%. Bueno, en una interna esos 14 puntos son 30, porque es tu propio recipiente, es la mitad del electorado. ¿Quién mide más que Macri? Ese es un punto. Por eso, Macri tiene una gran responsabilidad. Él puede jugar y, ojo, que hasta puede ganar también con esta situación. Siempre digo lo mismo, pese a que afirmaron que quería jubilarlo: a mí me gustaría que Macri esté más allá de esta contienda electoral y ayude a armar una nueva generación política para que gobierne el país. Esa sería un gran solución para este espacio. Si Macri tomara esa decisión, sería el ordenador de esta fuerza y se sentaría en la cabecera.
-¿Macri es el único que tiene liderazgo en JxC?
-Me gustaría que se siente en la cabecera de manera magnánima. El país merece que Mauricio se siente en ese lugar, pero de esta forma, porque así será respetado por todos. Si él se sienta como candidato, lo único que va a lograr es mayor rispidez dentro del espacio, quizá dispersión y, tal vez, un triunfo en la interna. Eso no lo descarto, pero no sería bueno para la Argentina. Aspiro a que esté en la cabecera para ordenar este espacio.
-¿Macri es el único que puede ordenar a JxC?
-Por lo que significa electoralmente y lo que ha sido…
-¿Y Macri puede volver en 2023?
-Obvio. Depende de él. No tengan ninguna duda de que es la figura más importante de Juntos por el Cambio. Por esa calificación, me gustaría que él se siente en ese lugar ayudando a armar y ordenar este espacio político.
-¿Larreta puede llegar a la Presidencia sin levantar la cabeza y asumir el liderazgo?
-Cualquiera que quiera asumir este liderazgo tiene que conducir una mesa de referentes políticos con legitimación y volumen político propio. Si no lo logra, las figuras rutilantes de manera individual tienen más posibilidades de ser el próximo presidente. Horacio necesita más que cualquiera generar un volumen político atractivo alrededor de él.
-¿El “círculo rojo” empieza a dudar de las condiciones de Larreta para conducir o liderar?
-Si no hiciera este paso que acabo de describir, no es un tema de “círculo rojo”, va a dudar la sociedad.
-Larreta podría decir que impuso a sus candidatos moderados en Buenos Aires y la Capital. ¿Esa credencial no basta?
-No, todo eso es frágil, mediato y rápido. Hubo una campaña vacía de contenido en la provincia. No se dijo nada. Fue muy efímera, con la gente muy angustiada y deshuesada, casi ignorando esa elección.
Hablaron mucho de la reelección de intendentes, pero la verdadera reforma del país es la boleta única. Le pido, por favor, al Presidente que, en la apertura de sesiones, proponga la boleta única en el Congreso. Ese es un gran cambio en la Argentina, especialmente en la provincia. Y espero que Axel Kicillof haga lo propio también y separe las elecciones bonaerenses de las nacionales. Hay que cambiar el sistema electoral. Y también le doy para pensar al Presidente: saquemos la obligatoriedad de las PASO. Cada vez vota menos gente en esa elección, pero perjudica mucho porque pasa a ser una primera vuelta, que genera tensión e incertidumbre. Voy a presentar un proyecto en ese sentido.
-¿Cree que el peronismo acompañaría ese reforma electoral? Siempre ha rechazado la boleta única.
-No sé, pero si lo anuncia el Presidente, va a ser un cambio para siempre. Fernández tiene una gran oportunidad para quedar en la historia. En 2022 ya no lo puede cambiar, debe ser este año.
-¿Vidal se equivocó al irse de la provincia de la manera que lo hizo?
-Políticamente, sí. Pero nosotros también somos seres humanos, no somos dioses. Hay un ensayo de Marcos Peña que explica que nosotros somos también somos vulnerables.
-Es llamativo que ahora lo elogie a Peña.
-No. Tuve una diferencia importante con Marcos desde 2015 hasta 2019 en pensamiento, pero ambos fuimos honestos intelectualmente. Eso permitió que siguiéramos hablando terminada la gestión. Su ensayo explica que nosotros no somos dioses: tenemos defectos, depresiones y somos vulnerables. Vidal fue una experiencia contra-natura cuando decidimos que compitiera en la provincia. Desde lo político, puedo opinar que no me pareció que ella no continúe, pero desde lo personal siento que Vidal está feliz acá [en la Capital], que es su hábitat normal. Genera costos, pero está bien que lo haya hecho.
-¿La ve con un rumbo claro o pagará un costo alto?
-Con este cambio, se alivió en lo personal y pagó un costo en lo político. Pero tiene condiciones, futuro y, seguramente, va a ser un actor importante de acá al 2023.
-¿Hizo bien en intentar frenar la reforma a las re-re de los intendentes o comprende que haya defendido una de las banderas de su gestión?
-Es comprensible. Fue una decisión política que tomó con mucha convicción y la defiende de esa manera.
-¿Usted estaba de acuerdo con la reforma?
-Este cambio va a emprolijar. Con las licencias o renuncias de los intendentes peronistas habían quedado pagando los jefes municipales de nuestro espacio, que no hicieron el artilugio de irse para volver en 2023. Esto quedó más limpio, más sano y ahora la ley fijo un límite claro. También cuando hablan de los barones del conurbano, hay una gran subestimación de la gente. Hay intendentes malos y otros, como Miguel Ángel Lunghi, Jaime Linares o Miguel Fernández, que administran bien.
Por eso, no quiero relativizar y prefiero poner las cosas en su justa medida. Vidal y los que reformaron la ley para emprolijar estuvieron bien. Ahora, vayamos por la boleta única. Ese es el cambio del sistema. El problema del conurbano es la boleta sábana. Cortemos con eso y pongamos la boleta única. Con esa modificación, es más fácil cambiar a los intendentes cuando son malos.
-¿Cómo reaccionó cuando vio el video del caso “Gestapo”? ¿Ya no sorprende lo que pasó con la AFI durante el gobierno de Macri?
-Cuando vi esos videos me preocupé, como todos.
-¿Sospecha que fue un mensaje interno?
-No sé, ni me quiero meter. La Justicia va a tener que resolver estas situaciones. Es complicado que todos sintamos que el propio Estado te puede estar vigilando. Espero que la investigación judicial sea expeditiva y solucione esto. Y esperemos que algún gobierno tome cartas en el asunto con los servicios de inteligencia. El Estado no está para hacer ese tipo de cosas.
-¿Espera que Macri o los exjefes de la AFI brinden explicaciones?
-Seguramente, darán explicaciones en la Justicia y los argentinos tendremos las cosas claras. Hoy, es todo tan oscuro que me genera mucha preocupación.
-¿Saldó sus diferencias con Larreta o no?
-En la política hay que tener una amnesia muy rápida de todo. No hay que dejar de recordar, porque somos producto de la historia, pero uno no puede vivir resentido y dolido. Larreta tomó una decisión, completamente distinta a lo que yo opinaba, pero eso no implicó que no siguiéramos dialogando. De hecho, hoy [por ayer] almuerzo con Larreta. Queda claro que no estamos distanciados.
-¿Santilli quedó mejor posicionado que el resto o no demostró ser el candidato indiscutido?
-Indiscutido no, porque la provincia fagocita a muchos dirigentes, pero Santilli es una figura política con muy buena proyección para la gobernación. Igualmente, Jorge Macri, Cristian Ritondo o algún radical también pueden aspirar a ser candidatos.
-¿Usted sigue con ganas?
-Puedo ser yo. A diferencia de 2015, cuando tuvimos que arrancar a Vidal de la Ciudad para que represente una vacancia, ahora hay cinco o seis candidatos. Está claro que Santilli está arrancando con una luz de ventaja respecto al resto.
-¿El proyecto presidencial de Manes arrancó o aún le falta para ser candidato?
-Por ahora lo califico como una aspiración de Facundo. No arrancó como un proyecto presidencial. Para eso necesita equipos, trabajos y volumen político.
-¿Apoyará a Larreta o a Manes en una PASO en 2023?
-Voy a hacer todo el esfuerzo para que Pro y UCR vayan juntos, por lo menos en la fórmula presidencial. De ahí para abajo puede haber una interna.
-¿Se imagina una fórmula Larreta-Morales?
-Me gustaría que los moderados tengamos una fórmula mixta. Hay que medir. Los dos están en condiciones de presidir, pero hay que ver quién está para ser candidato. No me olvido de Frigerio o Lousteau o Cornejo, quienes también tienen posibilidades de ocupar un lugar en la fórmula.
-¿Al nuevo interbloque de JxC le falta “rosca” o un líder?
-El otro día parecía el patio de un colegio, por la falta de liderazgo. Como no estaba Negri como jefe del interbloque, no había a quien observar. Todos las fracciones hacían discursos mirando al costado, no hacia el frente. Es decir, se reflejaba la falta de conducción de nuestro espacio. Esto no es bueno, porque ese Congreso le dio las espaldas a la Argentina. Ese día nos miramos a nosotros mismos. Y error de ambos lados, porque Máximo Kirchner también se equivocó.
Está pasando que vamos al Congreso como si fueran trincheras y nadie recorre y dialoga con los diferentes bloques. Esa sesión se interrumpe de esta manera por falta de diálogo. Y el responsable del diálogo siempre es el oficialismo. Cuando era presidente de la Cámara, yo tenía a Nicolás Massot en el recinto. A él lo veía más en los bloques de la oposición, que sentado en la bancada propia. ¿Por qué? Siempre estaba buscando acordar con los que necesitábamos para tener la mayoría. Este ejercicio el gobierno no lo está haciendo bien.
-Patricia Bullrich quiso sancionar a los diputados que se ausentaron de Bienes Personales. ¿Qué dice?
-No me parece lógico, hubiese sido un error. Las dos sesiones fueron un gran error. Lo de los diputados fue la frutilla, pero, conceptualmente, hubo errores más de fondo.
-Macri y Bullrich quiere sumar a los libertarios. ¿Sería un error incorporar a Milei?
-Lo respeto a Milei en el sentido de su honestidad intelectual. Es como un adolescente político, con posiciones puras, cómodas y fanáticas. Lo incómodo es entender al otro: : por qué es comunista o socialista. Es decir, la madurez política es ir al centro. No lo observo con consistencia para pensar algo mayor. Ahora, en este esquema, con los desórdenes que tenemos, agregar algo más a esta situación sería un poco irresponsable. Ordenemos los actores que tenemos y, después, pensemos en los que tenemos que invitar. Vayamos por paso. Y, seguramente, Milei sea una persona con la cual haya que dialogar. En una segunda instancia, post PASO o en un ballotage, es probable que Milei, ideológicamente, esté más a favor, con matices, de lo que propongamos nosotros que el oficialismo. Pero falta mucho para eso.
-¿El kirchnerismo está terminado o se puede recuperar?
-Creo que Cristina Kirchner debe querer vivir todos los días más aliviada. Es abuela, es madre. Esos roles a uno lo van a invitando a optimizar el tiempo en esas cosas. De hecho, se nota que su participación es cada vez más esporádica. Acudir a Alberto Fernández tuvo que ver con este proceso, sin dudas. Entonces, lógicamente vamos a tener una Cristina menos vigente. Por supuesto que su voz tiene mucha repercusión, pero no en el ejercicio permanente. Ella apuesta a que Máximo ocupe esa vacancia. Habrá que observar si él tiene las condiciones y la aptitud para suceder semejante volumen político. Eso está por verse. Pero hay una alerta: el peronismo tradicional está observando esta situación y quiere empezar a conducir este proceso.