ENCUENTRAN CADÁVER EN VILLA ELISA, TRATAN DE ESTABLECER SI ES LA ODONTÓLOGA BUSCADA

En un nuevo rastrillaje de búsqueda de la odontóloga Gisella Solis Calle, la policía bonaerense halló un cadáver enterrado en cercanías del denominado Camino Negro y ahora investigan si se trata del cuerpo de la mujer desaparecida hace casi dos semanas.

«Esta mañana, los investigadores encontraron el cuerpo en el marco de los rastrillajes por la búsqueda de la odontóloga Gisella Solís Calle. El hallazgo se produjo en cercanías al denominado Camino Negro que une las localidades de Villa Elisa, partido de La Plata y Punta Lara, Ensenada«, explicaron fuentes policiales.

Solis Calle,  de 47 años, había sido vista por última vez el miércoles 16 de enero y comenzó a ser buscada tras la denuncia de desaparición realizada por su familia.

«Los detectives policiales y judiciales consideran que el lugar del hallazgo es compatible con las hipótesis de investigación por la desaparición de la odontóloga», afirmó a LA NACIÓN una calificada fuente con acceso al expediente.

El novio de la odontóloga, Abel Casimiro Campos, se mató de un balazo el lunes de la semana pasada en una habitación del Hotel Catedral, en La Plata.

Los policías que buscan a la Solís Calle, de 47 años, hallaron varias grabaciones que registraron el paso de la camioneta de Campos, pero no apareció ningún rastro de la mujer. Después de la noche que su novia desapareció, el sospechoso siguió su actividad normal, para tratar de no levantar sospechas.

El 16 y 17 de enero concurrió a su trabajo en una de las sedes de IOMA, en La Plata, donde cumplía funciones en el área de atención a los veteranos de Malvinas.

Hasta hace una semana, cuando se mató de un balazo, la vida de Campos se repartía entre La Plata y Lobería. De lunes a jueves trabajaba en IOMA, esto le permitía mantener su relación con Solís. Los jueves a la noche abordaba un ómnibus de larga distancia hasta Lobería, donde pasaba el fin de semana con su esposa e hijos. Pero esa doble vida que tenía armada se terminaría en marzo, con su jubilación. Al no tener la obligación de concurrir a trabajar en IOMA, Campos no podría justificar sus viajes a La Plata.

Ante esta situación, en diciembre pasado, Solís le planteó a Campos que eligiera entre vivir con ella o seguir con su esposa, en Lobería. Campos fue la última persona que vio con vida a la odontóloga.

La familia está llegando al lugar para tratar de reconocer los restos.