José Fares, referente de «Cambio Federal» por la quinta sección, nos hizo llegar una nota de opinión, con motivo del «Día del Municipal» que a continuación publicamos:
Hoy, es el día del empleado municipal.
Cuando me dije que iba a enviar un saludo por las redes, comencé a reflexionar y me dio un poco de vergüenza ajena.
Vergüenza ajena, porque el empleado municipal, es parte de lo que podría definirse como el “corazón de la ciudad”, con todo lo que eso representa.
Es quien en definitiva, se encarga con su trabajo de darnos todo lo que los vecinos necesitamos atendiendo los servicios y necesidades. Manteniendo el motor en marcha, y sujetos a órdenes que no siempre son acertadas del ala política que conduce los destinos del municipio.
¿Se valora realmente el trabajo y el compromiso del empleado municipal?… Francamente, creo que no. Y esto se comprueba cuando se aprecia que faltan elementos en muchos casos, y que además cuando algún empleado se atreve a quejarse, o hacer mención de esto, es duramente castigado (sobre todo con el perjuicio económico que esto conlleva).
En el peor de los contextos sociales, y con una región en donde se aplican distintos aumentos, bonos y beneficios a los empleados municipales, parece que en nuestra ciudad, no hay predisposición para hacerlo. La respuesta de las autoridades suele ser negativa e inflexible.
Sin embargo, luego de tantos padeceres, los municipales reciben un escueto: “feliz día, y gracias por todo” que en lugar de parecer un saludo o felicitación, suena a burla atrevida.
Es comprensible entonces, que muchos sientan una mezcla de bronca e impotencia, porque la realidad económica se hace cada vez más dura, y los ingresos cada vez rinden menos. Eso, seguramente quienes tienen poder de decisión no lo sufren, aunque alguna vez deberían, para entender qué se siente, y aplicar en la realidad una palabra que hoy es muy usada, pero muy poco aplicada: “EMPATÍA”.
Por eso, y mirando hacia adelante, hago votos para que además de los saludos, se implementen acciones tendientes a mejorar la situación de los municipales, y valorar en toda su magnitud el trabajo que realizan y sus condiciones de vida. Para que nunca más el “feliz día”, sea solamente un enunciado, y pueda ser vivido como una realidad.
José Fares «Cambio Federal»