Los ocupantes están haciendo una asamblea este mediodía. Pero tienen la decisión tomada de quedarse en el lugar.
A un día del desalojo previsto en Guernica, la toma parece no existir. O no estar habitada. Las casillas -la mayoría, hechas de palos y bolsas de residuos negras como techo- están vacías. Los referentes de la toma están reunidos este miércoles al mediodía en asamblea. En el fondo del predio, sin acceso para los que no son parte. Y allí, según publica Clarín, habrían decidido resistir el desalojo.
No hay una presencia importante de la Policía: sólo el móvil habitual, parado en la intersección de Patagones y Bogado, en la principal entrada a la toma que tiene fecha de desalojo para dentro de menos de 24 horas.
Según menciona Clarín, hay familias que desistieron de seguir ocupando las tierras ilegalmente y quedan los grupos de «abrazo solidario», que ya avisaron que resistirán. El primer indicio: la quema de gomas que ocurrió horas atrás.
Al caminar por las improvisadas calles que se delimitaron en estos campos de Guernica, la sensación no se va: quietud absoluta. Contrasta con la imagen, en caso de comenzar el desalojo, de policías de la bonaerense que entran a un lugar con una orden judicial para defender la propiedad privada.
Hasta faltan las mujeres con sus hijos. Que siempre fueron las que “bancaron las casillas” mientras sus parejas trabajaban.
“Esta lucha no se perdió, nos van a buscar una solución. Acá no creo que la gente se vaya sin nada. Los que no son de acá puede ser. Nosotros no. No creo que mañana entren a sacarnos”, dice a este diario una mujer que está con su nieta, casi solas, en este inmenso predio de casi 100 hectáreas.
Yamila camina por el predio con sus cuatro hijos y su marido. Estuvieron en la asamblea. Son de Lomas de Zamora. Le contó a esta cronista que en la discusión «hay sólo vecinos, ningún partido político». Y que si bien el debate sigue, está tomada la decisión de quedarse en el predio y «resistir al desalojo». «Nos quedamos», ratificaron otro grupo de mujeres que también volvían de la asamblea. Aunque hubo versiones de que había grupos armando barricadas, el equipo de Clarín aseguró no haberlas visto en su recorrida por el predio.
“Sólo debemos estar atentos a si traen elementos para hacer barricada o vemos grupos importantes de gente. No hay una orden para ampliar la vigilancia. El desalojo, hasta ahora, es mañana. Nosotros esperamos ordenes”, dice el superior de la Bonaerense que llegó, cerca de las 12.30, como relevo del único móvil apostado en el lugar. El desalojo ordenado originalmente para el 23 de septiembre por el juez de Garantías N° 8 de Cañuelas, Martín Rizzo, se pospuso para el 1° de octubre «en horario diurno y en condiciones climáticas favorables».