Estamos próximos a una nueva elección. Una de las más importantes, ya que se trata de elegir Presidente, Gobernador e Intendente. Es decir, una elección en la que se definirán los distintos representantes de los poderes ejecutivos nacional, provincial y comunal que regirán los destinos de los lugares que correspondan. En tal sentido, y al margen de las posibilidades de cada uno, y de la opinión que cada uno tenga de la gestión del Intendente de Chascomús durante los últimos tres años y medio, el panorama se encuentra «enrarecido» y han sucedido cosas que sorprenden a algunos, y a otros, no tanto.
Desde hace un tiempo a esta parte, los movimientos y «contramovimientos» del vecinalismo- FR_- Kirchnerísmo local, lo único que vienen demostrando, es que por su ansiedad y desesperación por mantener el poder, van, vienen dicen, se contradicen, muestran y se esconden… todo con el único objetivo de mantener a Javier Gastón al frente del Municipio.
Esto, deja en claro que a pesar de haberse «vendido» durante años como distintos desde su eslogan que decía: «otra forma de hacer política», los dirigentes vecinalistas son más de lo mismo. Lo peor de todo, es que la gente se acostumbró a estas actitudes que se han vuelto comunes, de cualquier actor del arco político, pero verlas en una persona que creían diferente, provocó sentimientos encontrados, como bronca, desilusión, rabia, desconcierto, y hasta muchos se han sentido engañados y defraudados de la peor manera, porque quien creían distinto, sano, inocente y confiable, mostró su lado oculto, procediendo de una manera que supuestamente para él no era aceptable. Estamos hablando de Javier Gastón.
Antes de los acuerdos, ya habían comenzado las contradicciones, y las jugadas a dos puntas: Mientras el Secretario de Gobierno Cipriano Pérez del Cerro decía en los medios que ellos son Unidad por Chascomús, y no estaban contenidos en ningún frente ni partido (negando la dependencia de Sergio Massa) y manifestaba que solo lo de Massa fue un acuerdo por «una elección», además de decir que era posible volver a participar con la «lista corta», al mismo tiempo, Javier Gastón participaba del Congreso del Frente Renovador, con el grupo de «Intendentes Massistas». En ese momento estaban «esperando» como lo dijo Pérez del Cerro. A ver dónde les convenía «jugar» ¿Y las convicciones?… Bien, gracias! (También lo publicamos en su momento. (https://larevistadigital.com.ar/blog/chascomus-unidad-por-chascomus-entre-estar-con-cualquiera-o-con-nadie/ ).
(Pérez del Cerro en el Programa «Dos por Más», conducido por Martín Palmero y Alberto Morel)
Cuatro días después que Pérez del Cerro hizo un raid por todos los medios, diciendo que eran vecinalistas, y que no dependían de nadie, el intendente, que supuestamente era «independiente», participaba activamente del Congreso del Frente Renovador…
Luego, y como obviamente estaba «conversado con antelación», apareció la charla entre Alberto Fernández y Sergio Massa que cerraron el acuerdo que conformó el «Frente de Todos».
Ahí fue como mágicamente, los dirigentes vecinalistas, con Javier Gastón a la cabeza, y con Cipriano Pérez del Cerro a la cabeza, recordaron que eran parte del Frente Renovador, por lo que el mismo Cipriano dijo que se sentían «incluídos» en el espacio y en el acuerdo llevado a cabo con el kirchnerísmo.
Más tarde, y cuando se había armado la lista encabezada por Gabriel Macchi que supuestamente dirimiría el candidato a intendente en las PASO, el vecinalismo pidió socorro urgente a Sergio Massa, que intercedió para hacer valer el acuerdo que había alcanzado con Fernandez, de que Gastón sea el candidato sin competir en las internas, y sacarse a Macchi del medio. Si bien, como suele decirse, «esto es política», la forma en que manejaron la cosa, el destrato a Gabriel Macchi dejó a muchos heridos entre la militancia.
Tampoco sumó entre los propios, la forma soberbia en la que trataron al peronismo cuando se sentaron a efectos de ver cómo se armaban las listas y repartían los cargos. Solamente se pusieron de acuerdo por la intervención personal de Máximo Kirchner y la buena predisposición de La Cámpora, que además se comprometió fuertemente a militar por el proyecto, y también habrían cerrado algunos cargos y bases de un futuro co-gobierno.
Y por último, vuelven a demostrar que con tal de seguir, están dispuestos a todo. Coquetearon con la posibilidad de formar parte de Cambiemos, aunque finalmente se apropiaron de las obras que le mandó la provincia, como si fueran exclusivas de ellos. Luego, se sumaron al acuerdo con el kirchnerísmo, seguros de sumar los votos que cosecharía Macchi, pero asegurándose de dejarlo fuera de competencia. Y una vez hecho el arreglo, han tratado de «evitar» mostrar la pertenencia al espacio, ocultando la imágen de Kicillof, Fernández y sobre todo de Cristina, en la puerta de su local, pero también por otro lado, acordando con La Campora para que paseen su «Chapamóvil», o llenen la ciudad de carteles. Por qué? Sencillo: Buscan conseguir el voto K, pero también no perder el voto anti-K, fomentando a escondidas el corte de boleta, algo que ya habían hecho en la anterior elección, cuando entregaban sobres con el candidato vecinalista, y con el Pj y con Cambiemos, traicionando al GEN en aquella oportunidad.
Otra vez la doble moral. Mientras arman el Chapamóvil, por otro lado el mismo intendente «niega a Cristina» y al kirchnerismo en algún reportaje radial.
GASTÓN NEGANDO…
Un poco raro. No es Massista ni del Frente Renovador, – pero se siente incluido en el Frente Renovador. Luego hace un acuerdo y es el candidato del kirchnerismo, pero sin embargo no es kirchnerista, y solo es de Unidad por Chascomús. Debería agregar que no es del Gen, con quienes arreglaron en la anterior elección. Al parecer no es de nadie, pero es de todos, según convenga y donde crea que puede sacar provecho. Debe creer que la gente no ve esto, y quedar bien con Dios, El Diablo, El Espíritu Santo y con todos los angelitos, diablitos al mismo tiempo.
Volviendo al principio, todo esto en definitiva, es lo que ha molestado a mucha gente. No es nada nuevo, ni nada que no se haya hecho desde Borocotó a esta parte, pero lo que la gente, el vecino no acepta y le duele, es que lo haya hecho «El Chapa». Que lo hizo quien muchos creían que era realmente distinto al resto, pero demostró que al final de cuentas, busca perpetuarse en el poder, como los políticos de los que siempre ha tratado de diferenciarse con su discurso.