Una pareja italiana se embarcó rumbo a Lampedusa buscando el final de la Tierra, y tuvo que ser rescatada tras perderse en el mar Mediterráneo.
Una pareja de terraplanistas italianos decidió romper la cuarentena para llevar a cabo la misión más insólita: llegar al fin del mundo.
El plan: embarcarse rumbo a la isla de Lampedusa, donde según sus propios cálculos estaba ubicado el «límite» del planeta, curiosamente relativamente cerca de su lugar de residencia. Para conseguir su objetivo, elaboraron un ambicioso plan, que sin embargo no fueron capaces de implantar con mucho éxito, ya que presentaba lagunas notables.
Después de conseguir abandonar Venecia, a pesar de la prohibición de moverse por el país, la pareja vendió su coche en Sicilia, en un pueblo cercano a Palermo, para poder costear el resto de su aventura. Allí, se hicieron con una embarcación con la que pretendían llegar hasta la isla de Lampedusa, muy cercana a África. Comenzaron a navegar, en buscar de lograr la hazaña de desmentir a toda la comunidad científica y a las investigaciones de más de 2000 años, pero solo lograron perderse en el mar Mediterraneo.
El hecho quedó al descubierto este lunes, cuando el medio La Stampa reportó que una pareja procedente de Venecia había intentado navegar hacia el puerto de la isla de Lampedusa, ubicada entre Sicilia y el norte de África.
Salvatore Zichichi, médico de la embarcación que atendió a los náufragos, explicó al medio italiano: «Lo curioso es que se orientaban con una brújula, un instrumento que funciona sobre la base del magnetismo terrestre, un principio que ellos, como terraplanistas, deberían rechazar».
La pareja se perdió y acabó en las inmediaciones de Ustica, donde tuvieron que ser rescatados por los Carabinieri. Tras su rescate, fueron puestos dos semanas en cuarentena, de donde intentaron escapar en dos ocasiones, sin éxito.
Al final, la pareja tuvo que pasar el resto de la cuarentena encerrada en Palermo, hasta que pudo volver a Venecia cuando se levantaron las restricciones.