«JUSTICIA A LA ARGENTINA»: ESTÁ PRESA POR HOMICIDIO Y VENDE CONTENIDO ERÓTICO DESDE LA CARCEL…

Increíble. O lamentablemente no tanto. Una joven detenida por «homicidio en ocasión de robo» y desde su celular en la carcel vende contenido erótico. ¿Qué sentirá al respecto la familia de la víctima?. Otra situación que pone de manifiesto que somos una sociedad enferma.

05 de enero de 2023

Una vez más, pasan cosas en nuestro país que provocan una rara mezcla de indignación y vergüenza. No solo por lo ilegal e insólito, sino que además porque nosotros  como sociedad observamos impávidos estas situaciones, cuando lo lógico sería una contundente condena social que lamentablemente y salvo en contadas ocasiones, no aparece.

La justicia, que supuestamente debería ser ejemplar, es a menudo protagonista de estos dislates que resultan difíciles de entender, por lo «alevoso» y disparatado, como el caso que hoy nos ocupa, y que se suma a una larga lista de despropósitos.

La noticia es que una joven de 22 años, vende desde su celda contenído erótico en un perfil de «onlifans», como informó el portal de noticias «0223».

«Camilita» tiene 22 años y lleva más de dos presa por un robo en el que murió un proxeneta. Gana dinero vendiendo contenido íntimo desde su celda. Informa el mencionado portal, algo que tristemente no resulta tan sorpresivo, teniendo en cuenta las cosas que van ocurriendo en nuestro país en materia de «justicia».

Ejemplos sobran… El más reciente, y uno de los peores de la historia, es el de la jueza que resolvió entregar la custodia de Lucio Dupuy a su madre y su pareja, con el aberrante resultado que todos conocemos. El nene fue brutalmente asesinado y ultrajado. Las asesinas, esperaron el juicio encerradas, pero juntas, algo muy difícil de entender, pero que es avalado por la justicia, La abogada de ellas dijo al portal TN que así seguirán. Y añadió que es “en función de su capacidad de alojamiento y cumplimiento del resguardo dispuesto judicialmente para proteger sus integridades físicas”. 

Otra irregularidad increíble, son las estafas que surgen desde la carcel, mediante celulares, con los llamados «secuestros virtuales», o el hecho que en pandemia se liberaron cientos de presos, supuestamente por el peligro de contagio de Covid, pero una vez pasado el aislamiento, ni la mitad regresó a la carcel.

Estas y muchas otras situaciones, reflejan una realidad, que parece empeorar cada vez más, en lugar de corregirse, mientras que la sociedad observa impávida como ocurren estas cosas, que tristemente ya no sorprenden tanto y parecieran haberse naturalizado.

Volviendo a «Camilita»: está detenida por matar a una persona, espera ser juzgada en una carcel, recaudando dinero mediante su celular vendiendo fotos eróticas. ¿Se puede legalmente hacer esto? Obviamente NO. ¿Pero ella lo hace? La respuesta es SI.

Otro dato a tener en cuenta, es que la detenida tiene casi cinco mil seguidores en la red social, donde se ve cómo muchos de los que la siguen se interesan por su oferta y le comentan los posteos. “Pasá tu WhatsApp compañera y hacemos negocio”, escribió un usuario; mientras que otro le aseguró “Cuando cobre voy a ver si me queda algo. Está dura la mano”. “Al que le interese que me hable”, contestó la joven, publicando su número de celular para seguir con el negocio. 

¿Tanta gente hay que se suma a esto?. Esto deja en claro que muchas personas son complices del accionar de la joven, además de la «justicia injusta» que permite que estas cosas sucedan, los deficientes controles y los Legisladores que no hacen nada para cambiar leyes que están generadas para beneficiar a los delincuentes, en desmedro de las víctimas.

La joven está presa hace dos años y medio acusada por el delito de homicidio en ocasión de robo, en calidad de coautora: podría recibir una pena de 10 a 25 años, pero ya solicitó a través de su defensa el beneficio de la detención domiciliaria: es que debe cuidar a su hijito de 5 años. Una hermana se ofreció a alojarla en su casa, aunque aún está pendiente el resultado del examen psiquiátrico a la mujer.

En definitiva, un cúmulo de locuras que provocan ya no la sensación, sino la certeza que estámos indefensos ante quienes delinquen de cualquier manera, ya que muchos de los responsables de impartir justicia se ocupan de brindar todo tipo de beneficios a los que viven para hacer daño a quienes elegimos llevar adelante una vida normal.