La Cooperativa ajusta a instituciones de bien público

 

El Consejo de Administración de la Cooperativa de Electricidad de Ranchos amenaza con cobrarles el consumo de energía eléctrica a Bomberos Voluntarios, parroquia Nuestra Señora del Pilar y Taller Protegido de General Paz, y se desconoce si la misma suerte correría LIPOLCC.

Como existe un hermetismo mediático por parte de la cooperativa (sus directivos no hablan con los medios y solo se comunican con exiguos comunicados que informan solo lo que le interesa transmitir a la conducción), se ignoran cuáles son los motivos que los llevan a tomar esta decisión.

Del mismo modo, aunque esto estaría avalado por el OCEBA, retiraron de las facturas los tres pesos de aporte que los usuarios realizaban a Bomberos y Taller Protegido. Claro, que si hubiese existido un gesto solidario de la cooperativa hacia Bomberos y el Taller Protegido, esas sumas que se abonaban en las facturas de luz podrían haberse trasladado a las de internet donde el Oceba no tiene injerencia alguna. Al fin y al cabo los usuarios ya habían manifestado su voluntad de aportar a estas asociaciones y poco tiene que ver si lo hacían en una u otra factura de servicios.

De todas formas, la decisión de cobrarles el consumo de energía a estas instituciones parece intempestivo teniendo en cuenta que la situación de las cooperativas eléctricas con el nuevo cuadro tarifario han acrecentado notablemente sus ganancias. En cuanto a la cooperativa local daría la sensación de no tener demasiados problemas financieros a juzgar por las múltiples y costosas contrataciones que ha efectuado en los últimos meses. Y no parece una medida simpática ni honorable pretenderle hacerle dar las misas y responsos a oscuras al Padre Menegildo, quien se ha visto sumamente angustiado con esta desdeñosa medida. Máxime, teniendo en cuenta que este consejo de la cooperativa entre asesores, consultores, “encargados” y “responsables” ha convertido a la institución en un barco con más almirantes que marineros. Y hace poco tiempo mantenía cuantiosos gastos como por ejemplo el de un prestador de servicio que facturaba bajo el concepto de “otros servicios” sumas superiores a 35.000 pesos de horas extras.

Sin dudas, la iniciativa de la conducción cooperativa parece encuadrarse en lo que se conoce como el síndrome del árbitro de futbol, que con tal de tener un poco de protagonismo toma polémicas medidas sin importarle la cantidad de insultos que recibe. Por estas horas, existe un clamor en la comunidad para que se convoque a una asamblea con carácter de urgente a fin de tratar este y otros temas que preocupan a la sociedad.

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