Los investigadores y la vecindad no dejan de sorprenderse. Radiografía de Securitas, la firma que fue echada de otro country tras un robo.
24 de abril de 2023
Tras el casi millonario robo en dólares que sufrió un empresario cárnico en su imponente vivienda del barrio privado Grand Bell, tanto la Justicia como los habitantes de ese exclusivo predio posaron su mirada en la empresa que brinda seguridad. Se trata de la firma internacional Securitas, que tiene varias oficinas comerciales en nuestro país (Munro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Bahía Blanca, entre otras).
«Esta empresa brindaba servicio en otro country vecino, en Lomas de City Bell, pero la echaron después de un robo», recordó uno de los propietarios del Grand Bell en contacto con el portal 0221.com.ar. En ese country viven empresarios, jueces, fiscales, abogados y destacados profesionales de la actividad privada.
En las grabaciones del fin de semana que captan a la mujer que ingresa a robar, se ve que no le funcionaba su tarjeta electrónica de acceso y el guardia le abrió manualmente la barrera. «Acá no tenemos ingreso por reconocimiento facial y esto pasó porque se relajaron los controles», detalló uno de los habitantes de lugar.
Las versiones que corren por ese bucólico barrio cerrado citybellense son varias y amplias, pero la mayoría coincide en que los ladrones «fueron a buscar esa casa porque alguien les pasó el dato».
Tras el robo, las autoridades del country emitieron un comunicado para los vecinos, en el que calificaron como una «acción gravísima e injustificable» sobre la cual «el guardia y la empresa de Seguridad deberán responder».
Desde la administración detallaron que se separó inmediatamente al guardia de Seguridad que estaba de turno en la garita al momento del ingreso de los delincuentes y precisaron que, por estas horas, analizan si la empresa de Seguridad continúa prestando el servicio o si habrá sanciones en su contra.
Además, se investiga un segundo robo ocurrido el mismo sábado y no descartan que sean los mismos autores.
No es la primera vez que Grand Bell es noticia por un grave caso de inseguridad. Ya lo fue en noviembre de 2008 cuando atacaron a una mujer (Lorena Ronco) dentro de su vivienda para robarle e intentaron abusarla sexualmente. Para esa fecha, la empresa que brindaba seguridad era la firma Codecoop y, por el hecho, fue condenado un guardia de Seguridad de esa firma que en el juicio oral fue asistido por el abogado Juan Manuel Ubeira, quien en la actualidad patrocina a la vicepresidenta Cristina Fernández en la causa por el intento de magnicidio.
También en octubre de 2015, fue asaltada la casa de Gustavo Barros Schelotto, exfutbolista de Gimnasia y Esgrima La Plata.
EL CASO
La familia víctima sospecha que existió un «entregador» que conocía los movimientos de los habitantes de la vivienda, el sitio donde guardaban los objetos de valor, y que la banda llevó a cabo una «gran tarea de inteligencia», ya que contaba con información «precisa y certera», dijo el abogado de los damnificados.
«No fue un robo al voleo. Tenían información certera y se movían con tranquilidad a sabiendas de que nadie los iba a detener», señaló Diego Lacki, representante legal de la familia que fue víctima del robo de dinero -en pesos y dólares-, joyas y tres armas de fuego.
Tal como adelantó este medio, el hecho se registró el pasado sábado a las 19.20 en el barrio cerrado ubicado en la calle 467, entre 144 y 146.
En los videos de las cámaras de seguridad del lugar se advierte a esa hora la entrada al country de un Peugeot 208 gris conducido por una mujer y en el que iban tres hombres, quienes lograron pasar la barrera de seguridad del barrio al fingir que tenían problemas técnicos con la tarjeta de ingreso.
«El country tiene tres puertas. Dos son de ingreso: la principal, por la que entran los propietarios, y la ubicada a la derecha, por la que pasan las visitas. La puerta de la izquierda es la de salida, por la que salen todos», describió el letrado.
Lacki sostuvo que el Peugeot «era conducido por una mujer de unos 40 años que simuló acercar una tarjeta al lector y, como la barrera no se levantaba, reiteró dos veces más esa acción hasta que el vigilador accionó el botón y la levantó».
Para la familia, integrada por un matrimonio que se dedica al comercio de carne y a negocios inmobiliarios, y su hijo, es «llamativo» que el guardia de la garita haya levantado la barrera y les haya permitido pasar sin certificar sus identidades ni revisar el vehículo, lo que incumple todos los protocolos de control establecidos.
Una vez en el interior de Gran Bell, los ladrones se dirigieron hacia la casa y aguardaron durante dos horas hasta que hijo del propietario saliera, para luego ingresar al lugar tras violentar la puerta del quincho.
«Accedieron al barrio, de ahí se dirigieron directo a la propiedad pero, como vieron que afuera estaba estacionado el vehículo del hijo, se quedaron dando vueltas por el barrio dos horas sin que ningún control se acerque», describió Lacki.
«Es rarísimo porque el country tiene 550 casas y un montón de calles», añadió el abogado, quien por tal motivo cree que los ladrones “tenían tan estudiando el tema”, ya que «fueron derecho a la casa sin perderse» y se movieron «con tranquilidad a sabiendas de que nadie los iba a detener».
«El barrio tiene carritos de Seguridad que permanentemente dan vueltas para ver si hay algo extraño. No puede haber pasado desapercibido que no paraban de dar vueltas cuatro personas en un auto sin ir a ningún lugar. Llama la atención», insistió Lacki.
Para el letrado, «seguramente los criminales tenían el dato de que el matrimonio, por su actividad comercial, trabaja todo el día y llega siempre 21.30 o 22 porque, cuando el hijo salió, fueron hacia la propiedad».
El abogado contó que «una vecina vio que la mujer que conducía el auto se quedó con el vidrio bajo hablando por teléfono», mientras que «los tres malvivientes entraron a la casa y, como sabían dónde están las cámaras, se taparon las caras» para poder cometer el robo.
Lacki contó que el sistema de vigilancia del domicilio cuenta con audio y que «en el video se escucha que se manejaban con un celular en alta voz, mediante el cual la mujer de afuera les indicaba hacia dónde dirigirse en una casa de dos plantas, con muchas habitaciones y de 600 metros cubiertos».
«Fueron primero al lavadero, donde había bolsos deportivos, luego se dirigieron a la bóveda, robaron, cargaron todo en los bolsos y se fueron. Todo duró nueve minutos. Sabían perfectamente a dónde tenían que ir. Tenían una logística muy quirúrgica y perfecta. Todo lo hicieron con mucha efectividad e impunidad, a cara descubierta, sin anteojos, barbijo ni gorra», indicó Lacki.
Los delincuentes sustrajeron el botín y luego salieron por la misma puerta por la que habían entrado, se dirigieron al acceso, chocaron la barrera y escaparon por la calle 467, en sentido a la calle Belgrano.
Los dueños de la vivienda arribaron a las 21.15 a su hogar y, al detectar que habían sufrido un robo, llamaron al 911, por lo que, bajo las órdenes de la fiscal Virginia Bravo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de La Plata, policías de la comisaría Décima y de la Delegación Departamental de Investigaciones de La Plata trabajaron en el lugar.
«Todavía no tenemos respuestas. Esperamos tener novedades a lo largo del día», manifestó el abogado, quien además pidió que se investigue si los criminales lograron ingresar por la complicidad de los agentes de Seguridad del lugar.
publicado en 0221.com.ar