La mitad de las ventas en Argentina son con promociones

el 50% de las ventas minoristas ya se realizan bajo algún sistema de descuento

Como resultado del enfriamiento de la economía y el aumento del costo de vida, el 50% de las ventas minoristas ya se realizan bajo algún sistema de descuento

El enfriamiento de la economía no puede contra el furor de las promociones. Al contrario, la recesión retroalimenta la necesidad de aplicar descuentos cada vez más agresivos. En nuestro país, la mitad de las ventas minoristas ya se realizan bajo algún sistema de promoción. Los principales son las tarjetas de créditos de los distintos bancos y las de clubes de beneficios.
Bain & Company, consultora especializada en consumo y retail, estimaba en el año 2014 que las promociones abarcaban al 40% de las ventas el país. De acuerdo al análisis actualizado del equipo técnico de Mundo Descuento, empresa proveedora de una aplicación gratuita para smartphones que agrupa las promociones ofrecidas en el mercado organizadas según el perfil del consumidor-, la intensidad en el uso de los descuentos siguió creciendo y llegarían al 56% del total de las ventas en 2017. Gastón Maluendez, co-fundador de Mundo Descuento y ex Groupon, revela que los representantes de bancos y shoppings advierten: »Creamos un monstruo que nunca vamos a poder detener».
En una economía con alta inflación durante años y acelerada en los últimos meses, tener referencias de precios es muy difícil. Las promociones aclararan el panorama a los consumidores y, cuando pueden capitalizarlas con medios de pago exclusivos, perciben una oportunidad real de ahorro.
El ahorro mensual de una familia tipo (una pareja con dos hijos) con un ingreso total de $17.000 por mes es de $1.400, en promedio, según la base de datos de Mundo Descuento. La compañía, fundada en septiembre de 2014, ya cuenta con la información del comportamiento comercial de casi 100.000 usuarios activos en todo el país.
 
Los comercios también dependen cada vez más de las promos. Con inestabilidad de precios y caída en las ventas, fijar precios que permitan maximizar el ingreso es muy complicado y los beneficios ofrecidos al cliente facilitan esa tarea. Se combina el atractivo de una promoción con la posibilidad de establecer precios de salida al mercado que no necesariamente sean los que efectivamente vayan a realizarse. Este esquema comercial permite que los empresarios tengan mayor margen para ajustar precios en caso que no se alcance su expectativa de ventas. Y, dado el arraigo del sistema de ventas por promoción, lo habitual tiende a ser que inflen los valores para después poder asumir el costo de los descuentos. Ante el éxito de las promos, los bancos y las tarjetas de clubes de beneficios, fueron reduciendo su aporte en la distribución del costo del descuento y hoy sólo garantizan la difusión de la promo, activo cada vez más valioso.
Por: Mariano Kestelboim