De acuerdo con estimaciones del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), la pobreza en Argentina alcanzó al 49,9% de la población y la indigencia al 12,3% durante el tercer trimestre de 2024.
06 de Diciembre de 2024
BUENOS AIRES – La pobreza infantil registró un incremento significativo, afectando al 65,5% de los menores de 18 años, frente al 62,9% del año anterior. La indigencia en este grupo también subió, pasando de 16,2% a 19,2%. “Dos de cada diez niños viven en pobreza extrema, una situación que recuerda los niveles críticos de la crisis de 2002 y representa una grave pérdida de capital humano”, advirtió el informe.
Factores de la mejora relativa
El director del ODSA, Agustín Salvia, atribuyó la reciente disminución de la pobreza e indigencia a la desaceleración de la inflación y la estabilidad del empleo. Sin embargo, aclaró que esto no se traduce en una mejora tangible para las familias, ya que el aumento de costos en servicios básicos como transporte y energía reduce su capacidad de consumo.
Precarización laboral y desigualdad persistente
El empleo pleno sigue siendo un desafío estructural: solo 4 de cada 10 personas tienen un trabajo formal, mientras que el 51,8% de los trabajadores no realiza aportes a la seguridad social. Los ingresos laborales cayeron un 19% entre 2022 y 2024, siendo los empleos informales los más afectados, con una reducción superior al 20%.
La inseguridad alimentaria y el rol del Estado
La inseguridad alimentaria alcanzó al 24,3% de la población, un incremento sostenido desde 2018. Los programas sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, mitigan parcialmente el impacto, cubriendo el 50% de la canasta alimentaria y el 25% de la canasta básica total. Actualmente, el 36,3% de los hogares recibe algún tipo de asistencia estatal.
Tres Argentinas: un retrato de la desigualdad
El informe clasifica a la población en tres grandes grupos: un 3% pertenece a la élite económica, un 27% a las clases medias integradas, un 40% a las clases medias tradicionales, y un 30% a las clases pobres estructurales.
El informe concluye que, aunque hubo un leve alivio en los indicadores de pobreza, el país enfrenta problemas estructurales agravados por la inflación, la precarización laboral y el deterioro del poder adquisitivo. (InfoGEI)Ac