Problemas de hacinamiento y superpoblación, además de violaciones a los derechos humanos más básicos, son frecuentes y atentan contra la rehabilitación de los internos en el sistema penitenciario.
La trágica muerte de siete detenidos en la comisaría primera de Pergamino, ocurrida anteayer, volvió a poner en evidencia las graves fallas del sistema para alojar detenidos, tanto en dependencias policiales como en las cárceles del sistema penitenciario bonaerense.
El Diario Democracia consultó a distintos especialistas para entender lo que ocurrió en esta ciudad y la cruda realidad que se experimenta en las prisiones, donde, admitieron, lejos de la reforma anunciada y la obligación de funcionar como centros de rehabilitación de personas en conflicto con la ley, en la práctica son “una universidad del delito”.
Superpoblación y hacinamiento
Para el abogado, ex titular de Atención a la Víctima y presidente de la comisión de Seguridad del Concejo Deliberante de Junín, Andrés Rosa, lo que ocurrió en Pergamino es “una crónica de muertes anunciadas”, y el edil señaló a Democracia que “acá la responsabilidad es del gobierno provincial. Vamos de emergencia en emergencia y nunca revolvemos la cuestión de fondo, que tiene que ver con la superpoblación y el hacinamiento que sufren todos los lugares de encierro que funcionan en el territorio bonaerense”.
Para Rosa, “hay una política criminal de punitivismo y cada vez hay que encarcelar a más personas, jóvenes que cometen delitos menores y terminan con una masacre de esta característica. Me hace acordar a lo que fue la masacre de Magdalena. Seguir manteniendo a personas privadas de la libertad en comisarías es una bomba de tiempo y el único responsable es el gobierno provincial, que además no resuelve ninguno de los problemas en materia de seguridad, en bajar el delito y la violencia”.
“Se tendrán que investigar las responsabilidades penales, porque no podemos quedarnos con la versión oficial”, remarcó el especialista.
Y añadió: “En la Provincia hay actualmente un total de mil camastros y 3 mil detenidos. Están privados de la libertad, pero no dejan de ser personas y tienen que tener un trato digno, ya que duermen en el piso, sin colchón. Uno lo ve cuando recorre los penales y lamentablemente no vemos ninguna mejora en este aspecto”.
“No hay protocolo de emergencia”
“Estas cosas no deben ocurrir, así se hubiese iniciado la pelea entre los internos, porque te demuestra la precariedad del sistema y de la comisaría, ya que no hay protocolo de emergencia ni personal capacitado para atender a los detenidos”, subrayó.
“En Junín no hay presos en las comisarías pero sí están las comisarías de la región con detenidos en Baigorrita, Chacabuco, Arenales, General Pinto, entre otros. A mí a veces me toca recorrer las cárceles como miembro del Instituto de Derecho Penal del Colegio de Abogados y lo que pasó en Pergamino puede pasar en cualquier lugar de encierro de la provincia”, admitió.
“Creo que el ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari, tomó nota de la gravedad de la cuestión penitenciaria, pero el deterioro es tan grande y sobre todo los números dicen que por año egresan en la provincia 700 personas e ingresan 2 mil. Los lugares están superpoblados y obviamente que el hacinamiento genera violencia”, señaló. Y acotó: “Desde el Concejo Deliberante el año pasado visitamos los tres penales de Junín y uno ve un sistema que primero fracasa, no da respuestas, no reinserta ni resocializa a los presos, agravando la violencia. Y creo que la salida no es crear más cárceles”.
Para el asesor en Seguridad del municipio de Junín, Luis Chami, “se hizo todo lo posible y no pudieron salvar más vidas, y es normal cuando uno tiene amontonados los presos en donde no tienen las condiciones. Hoy no hay un lugar sectorizado para dividir a los internos”.
“La alcaldía de Junín funciona como una cárcel porque fue siempre encubierta y está superada su capacidad”, afirmó y dijo que “es un problema latente en todas las departamentales, no solo en Pergamino”.
“Es una falla muy grande que viene de años y años. Hay una gran cantidad de detenidos sin sentencia y es un problema para la policía, que prefiere estar patrullando la calle antes que estar en la comisaría”, afirmó.
“Cambiar el sistema penitenciario”
“Hay una intención de la Gobernadora de cambiar el sistema penitenciario, por eso descabezó a la cúpula. Lamentablemente, como en muchos lugares policiales, hay corrupción”, dijo.
“Todo el mundo sabe que en las cárceles entra droga, les cobran las celdas, por televisor, y se sabe que el preso está preso y tiene que pagar un alquiler para tener condiciones o estar protegido. Eso es lo que vio Vidal y por eso descabezó a la cúpula, como ha pasado con la policía bonaerense. Hay una idea de que se recupere el preso y tenga una rehabilitación lo más digna posible, por un ser humano, porque si cometió un error y está pagando, es bueno que tenga la posibilidad de recuperarse para salir rehabilitado a la calle”, dijo. (InfoGEI)