La vuelta a los Valles Calchaquíes salteños

Un camino que sube y que baja por las montañas, que cruza ríos y atraviesa rectas interminables e inquietantes cornisas, que descubre a su paso pueblitos encantadores.

La entrada norte a los Valles Calchaquíes es toda una experiencia. Un viaje por paisajes naturales y culturales donde se descubren lugares de gran belleza: imponentes postales del Norte argentino.

La Ruta Provincial 33 sale de la ciudad de Salta, atraviesa el Valle de Lerma y la Quebrada de Escoipe y sube luego por la Cuesta del Obispo, el tramo más difícil pero a la vez el más bello del trayecto. A lo largo de esta cuesta hay miradores desde los que se obtienen vistas únicas, ideales para tomar fotografías. Piedra de Molino, a 3.600 m.s.n.m., es una parada obligada. Pasada la cuesta y el Valle Encantado se entra en la Recta del Tin-Tin, cuyo trazo –increíble- se remonta a tiempos incaicos; aquí el camino atraviesa el Parque Nacional Los Cardones (un Área Protegida de 65 mil hectáreas de desértica belleza, donde se pueden encontrar ejemplares de cardones de hasta 3 metros de alto que, se calcula, tienen entre 250 y 300 años). Ya en el tramo final de este recorrido se accede a Payogasta, el primero de los pueblos de los Valles Calchaquíes salteños, y se toma la Ruta 40 para llegar hasta Cachi. Este trayecto se puede hacer en vehículo particular o en excursiones que salen desde la ciudad de Salta y que llevan todo el día. También hay transporte público, pero requiere pasar una noche en Cachi y, además, no permite detenerse en sitios de interés y miradores a lo largo del camino.

En Cachi, el tiempo se detiene. En sus callecitas adoquinadas, en el patio de alguna de sus casitas blancas, entre las campanas de la antigua Iglesia Parroquial (Data del siglo XVIII), bajo la sombra del molle centenario, el tiempo se ha dormido. Y uno anda por Cachi sin tiempo, conversa con sus cordiales pobladores, descubre mil y una especias, de todos los colores y aromas posibles. Y, con la tranquilidad que transmiten los cerros y los ríos, se encuentra con una cultura profundamente ligada a la tierra. En los alrededores de Cachi se pueden visitar los sitios arqueológicos La Paya y Las Pailas, este último ubicado en un lugar de enorme belleza, a los pies del imponente Nevado de Cachi (6.380 m.s.n.m.). Allí donde habitaron culturas antiguas, hoy los amantes del montañismo encuentran un desafío irresistible. En Cachi Adentro, a 7 km de la plaza central, puede conocerse el estilo de vida de los productores rurales y recorrer la belleza paisajística de El Algarrobal.

Con un gran desarrollo en la oferta de servicios, Cachi cuenta con hoteles boutique y restaurantes de primer nivel.