«Para esto, no hay grieta»…Se toma como segundo mandato el que va entre 2023 y 2027. Como «compensación» se suma un artículo cerrojo para evitar que los intendentes eludan la norma con un pedido de licencia. Dura derrota de la democracia…
Los intendentes lograron modificar la ley que impedía su re reelección. Luego de varios días de negociaciones, que incluyeron diferencias dentro de los propios bloques se logró un consenso para cambiar la norma votada en 2016, producto de un acuerdo entre Sergio Massa y María Eugenia Vidal.
Los cambios fueron votados primero en el Senado y luego en Diputados. En la Cámara Baja el recuento era ajustado. Sin embargo, cuando se votó el tratamiento de la ley los intendentes juntaron 68 votos, bastante más de lo esperado.
Los intendentes que ya acumulaban dos mandatos desde la sanción de la ley, ahora podrán presentarse para un tercero -es decir tendrán la polémica re-re-, gracias a una «interpretación» de la norma que entiende que el primer período es el posterior a la sanción de la ley: esto es el que va entre 2019 y 2023. Esto implica en los hechos habilitar la posibilidad de competir por un tercer mandato consecutivo a que quienes en 2016, cuando se sancionó la norma, ya eran intendentes.
Como «compensación» acaso frente a una opinión pública que se presume hostil, se bloqueó la posibilidad de eludir la norma, saliendo del cargo los últimos dos años, tal como lo permite la ley actual. Ese era uno de los puntos que sirvieron como argumento para juntar voluntades. De hecho, como reveló LPO, hasta que consiguieron la masa crítica para sancionar esta reforma, los intendentes habían iniciado una estampida de pedidos de licencia, para sortear el límite legal.
Los intendentes que ya acumulaban dos mandatos desde la sanción de la ley, ahora podrán presentarse para un tercero -es decir tendrán la polémica re-re-, gracias a una «interpretación» de la norma que entiende que el primer período es el posterior a la sanción de la ley: esto es el que va entre 2019 y 2023.
La negociación para cambiar la ley surgió de un acuerdo entre intendentes peronistas, radicales y del PRO. Allí fue clave el rol del jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, uno de los artífice del acuerdo que permitió modificar la ley. Fuentes legislativas aseguran que Insaurralde articuló con todos los sectores del congreso provincial.
En el peronismo lograron el respaldo de todo el arco kirchnerista y sabían desde un principio que no contaban con los votos de los 12 diputados y 4 senadores de Massa.
En Cambiemos las cosas fueron mucho más complicadas. María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo encabezaron una resistencia que por momentos hizo crujir a la alianza opositora.
Carrió también se encolumnó tras el rechazo a los cambios y ordenó a sus dos diputados a votar en contra. A este sector se sumó sobre el final de las negociaciones un diputado que responde a Martín Lousteau.
Por fuera de Cambiemos, rechazaron el proyecto los tres diputados que responden a José Luis Espert y los dos diputados de izquierda.
Curioso fue el caso de algunos legisladores. Daniel Lipovetzky firmó el comunicado de María Eugenia Vidal que buscó romper la negociación en Diputados. Sin embargo, en el recinto votó a favor de cambiar la ley.
La diputada Florencia Retamoso, esposa de Gerardo Millman y cercana a Patricia Bullrich, disparó al interior de Cambiemos. «Yo soy orgánica a mi partido y mi partido decidió a nivel provincial y nacional que había que votar esta ley», dijo en un mensaje a la resistencia liderada por los diputados de Vidal.
Fue curioso el caso del diputado macrista Daniel Lipovetzky, quien firmó el comunicado de María Eugenia Vidal en contra de habilitar la re-re, pero en el recinto votó a favor de cambiar la ley. Lo mismo hizo Florencia Retamoso, del espacio que conduce Patricia Bullrich.
También fue curiosa la postura de la bancada de José Luis Espert, que cuenta con tres diputados. Guillermo Castello votó en contra de los cambios. «Esto es chavismo puro. Es Venezuela, o Nicaragua o Evo Morales. Estamos engendrando pequeños Maduros», dijo. Sin embargo, los diputados Nahuel Sotelo y Constanza Moragues Santos favorecieron las modificaciones.
En los recintos hubo discursos encendidos. «Debería darnos vergüenza estar discutiendo esto, hoy, acá», dijo Walter Lanaro, un senador cercano a la ex gobernadora.
En tanto, Owen Fernández también lanzó fuertes críticas que indirectamente apuntaban al interior de su bloque. «No cuenten conmigo para volver al pasado. Yo vine a cambiar las cosas y hoy voto lo que siento, a favor de la gente y no de la política», dijo.
En Diputados también hubo posturas calientes. «Tenemos que hacernos cargo que esa ley que votamos en 2016 tuvo una reglamentación que generó las condiciones para burlar el espíritu de la norma y que hizo que muchos intendentes del gobierno tomen el atajo de pedir licencia», dijo Maximiliano Abad, el jefe de los diputados de Cambiemos. «Hecha le ley, hecha la trampa. Y la trampa garantiza la reelección indefinida en la provincia», agregó.
Pero también apuntó a legisladores de su propio espacio. «Un diputado de mi bloque habló de los privilegios de la política. Yo no tengo ningún privilegio. No hay que confundir privilegios con derechos», dijo. A su lado estaba sentado Alex Campbell, líder de la resistencia vidalista en la Legislatura.
En tanto, César Valicenti, jefe de los diputados del Frente de Todos aseguró que «se pone en valor la política porque es respetar las disidencias de los propios frentes que se han construido para representar».