Es habitual que en los pueblos chicos la gente recurra a curanderas y brujas para sanarse de enfermedades o aliviar males y penas. Chascomús no es una excepción y tuvo varios personajes destacados en estas artes.
Dora recibía a vecinos y turistas que llegaban en micros y hacían largas colas en el patio de su casa esperando la cura o la solución mágica para sus problemas.
Hay una historia que ha perdurado en el tiempo y es muy conocida en el mundo futbolístico e involucra a Dora.
El Club Atlético Quilmes es un equipo de fútbol argentino cuyos dirigentes decidieron recurrir a la curandera famosa y lograr el ascenso tan anhelado. Habían descendido y querían asegurarse el primer puesto para cambiar de categoría. Para eso debían darse dos situaciones, Quilmes debía ganarle a Morón y Douglas Haig a Gimnasia de Jujuy. Dora fue contundente con su vaticinio: sucedería lo que tenía que suceder y todo saldría tal como lo esperaban los fanáticos del cervecero. Se concretó la mitad del pago cuando los pergaminenses vencieron al lobo jujeño. Pero el partido de Quilmes fue suspendido, a mitad del encuentro, por un petardo lanzado desde la tribuna. La expectativa y la espera desbordaba la pasión de los hinchas. Dora pidió la parte que faltaba por su trabajo y los directivos del club se negaron a pagarle, ya que consideraban que no se había cumplido lo acordado. Dicen que en ese momento cayó una maldición de trece años para el Club Quilmes.
Perdieron ese partido clave, que se continuó unos días después del episodio, y por mucho tiempo no pudieron ganar ninguna de las finales disputadas.
El hechizo se rompió cuando un hincha volvió a Chascomús a cumplir con el pago. Dora hacía tiempo que había fallecido así que el hombre visitó su tumba y le dejó banderas, flores y otros adornos para embellecer la lápida. Otros dicen que un grupo de dirigentes llegó a la ciudad y que llevaron a la tumba la suma que debían.
A partir de ese momento Quilmes pudo ascender y cortar con la mala racha.
fuente: leyendasurbanas2019.blogspot.com