Locura total… ¿Se viene la 3° Guerra Mundial?. La UE aconsejó comprar un kit de supervivencia

El bloque presentó su Estrategia de Preparación para crisis, que podrían ser desde desastres naturales hasta una potencial agresión a uno de los 27 países miembros

29 de Marzo de 2025

Un kit de emergencia con fósforos, navaja suiza, documentos y un mazo de cartas. Lo que parece una recomendación para una excursión de camping es, en realidad, el paquete de supervivencia que la comisaria europea de Preparación y Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, sugirió a los ciudadanos del bloque en un reciente video que desató todo tipo de reacciones. Esta insólita presentación formó parte del lanzamiento de la Estrategia de Preparación para Crisis de la Unión Europea (UE), un plan que, lejos de tranquilizar, encendió las alarmas sobre el sombrío panorama que Bruselas proyecta para el futuro inmediato.

El documento oficial advierte sobre cuatro tipos de amenazas: desastres naturales, crisis sanitarias, ataques cibernéticos y conflictos armados. Sin embargo, la verdadera preocupación de la UE parece residir en la última categoría: la posibilidad de una guerra en su propio territorio. El endurecimiento de la retórica bélica, el distanciamiento de Estados Unidos bajo la posible presidencia de Donald Trump y la creciente tensión con Rusia configuran un escenario peligroso, en el que algunos sectores parecen más interesados en alimentar el miedo que en garantizar la estabilidad.

La presentación del plan coincidió con la revelación de un chat interno de la administración estadounidense, en el que altos funcionarios cuestionaban el compromiso europeo con su propia seguridad. «El garroneo europeo en defensa es patético», habría dicho Pete Hegseth, secretario de Defensa de Trump. Mientras tanto, Washington abre canales de diálogo directo con Moscú, dejando a la UE en una posición incómoda. En este contexto, las autoridades comunitarias han optado por una estrategia que no disimula su intención: preparar a la ciudadanía para lo peor y, de paso, justificar un aumento masivo en el gasto militar.

El plan incluye medidas como ejercicios de simulación con fuerzas armadas y la creación de un «centro de crisis» en Bruselas, mientras promueve la elaboración de estrategias nacionales de abastecimiento de equipos de emergencia y suministros médicos. Además, países como Francia y las naciones nórdicas han publicado manuales de preparación en caso de un «accidente nuclear», reforzando el clima de incertidumbre.

El miedo como herramienta política

Lejos de ser un llamado a la calma, este proyecto parece diseñado para convencer a los europeos de que deben resignarse a un futuro marcado por el conflicto. Con el trasfondo de la guerra en Ucrania y el deterioro de las relaciones internacionales, la UE impulsa un alarmante plan de rearme de 800.000 millones de euros. Para financiarlo, se abre la posibilidad de una deuda común, una idea que divide profundamente a los países miembros, especialmente aquellos más alejados de la frontera rusa, que ven con recelo esta militarización acelerada.

El temor de muchos es que este movimiento no busque realmente la protección de los ciudadanos, sino que funcione como un mecanismo de presión para aumentar el gasto en defensa. «La idea no es asustar a la gente, sino dar tranquilidad», intentó justificar la vicepresidenta para Derechos Sociales, Roxana Minzatu. Sin embargo, la narrativa de la «amenaza inminente» se impone con fuerza en el discurso oficial, mientras los debates en torno a la soberanía y la seguridad europea adquieren un tono cada vez más belicista.

En España, el presidente Pedro Sánchez ya anunció que su país destinará el 2% del PBI a defensa para 2029, garantizando que «no se tocará un céntimo del gasto social o medioambiental». Pero las dudas sobre el impacto real de este desvío presupuestario persisten. Mientras tanto, figuras como la eurodiputada Diana Riba I Giner advierten sobre la necesidad de establecer límites claros: «Si juntamos todo lo que gastamos en seguridad y defensa en Europa, triplicamos lo que gasta Rusia. A lo mejor, con un espacio de seguridad y defensa único no tendríamos que poner los 800.000 millones de euros, sino que incluso ahorraríamos».

¿Preparación o manipulación?

La pregunta que queda flotando es si la UE realmente está preparándose para una crisis o si está contribuyendo a construir el escenario de una. El refuerzo del miedo y la incertidumbre parece más funcional a ciertos intereses políticos y económicos que a una estrategia genuina de protección. Mientras los ciudadanos son llamados a armar su kit de emergencia y aprender estrategias de supervivencia, los líderes europeos siguen sin responder la gran incógnita: ¿están buscando prevenir una guerra o allanando el camino para una nueva confrontación global?