CHASCOMÚS – Luego de las renuncias y despidos ocurridos durante la semana, los vecinos comenzaron a hacer notar cada vez de manera más explícita y reiterada diferentes publicaciones en las que muestran su descontento con la gestión de la doctora Marcela Arias al frente de la Secretaría de Salud de Chascomús, y del gobierno de Javier Gastón, que permanece impávido ante la situación más grave y compleja que se ha vivido en la historia del Hospital Municipal.
Resulta increíble la inacción del intendente, mientras la situación con los profesionales cada vez es más complicada, donde cada día aparecen nuevas denuncias, y más gente se atreve a contar sus vivencias, consiguiendo como resultado no solo que desde las autoridades se los ignore completamente, sino que además se los sancione y se tome represalias contra los «insurrectos».
Decimos que resulta increíble, porque por un lado, las autoridades de turno, desconocen algo que es sagrado en Chascomús, y es el Hospital Municipal San Vicente de Paul, que junto con los Bomberos Voluntarios, son dos de las instituciones más queridas y valoradas por los vecinos de la ciudad.
Y por otro, no aprecian que esto los pone de espaldas a la sociedad que dicen representar, tomando medidas y actitudes extremadamente antipopulares, porque lesionan el trabajo de profesionales, pero lo que es aún peor, lesionan y ponen en riesgo la salud pública de la ciudad, dejando en reiteradas oportunidades a la sociedad desprotegida ante cualquier emergencia o evento fortuito.
También es inconcebible, que la soberbia de las autoridades le gane la pulseada incluso a sus propios intereses, ya que actuando de esta forma solamente logran alejarse de muchos vecinos que en ellos confiaron y que votaron de manera masiva a Unidad por Chascomús en la última elección. No reaccionan ni por «conveniencia», sino que por el contrario: suben la apuesta, despidiendo, sancionando y amenazando a los médicos y enfermeros, ante una sociedad que presencia indignada semejante injusticia.
Estamos siendo testigos, del peor y más «sangriento» vaciamiento del Hospital Municipal. Algo que nadie sospechó que podía pasar, donde el lugar más respetado de la ciudad, va perdiendo prestigio día tras día.
Muchos vecinos observan azorados este proceder de alguien que se mostró como simpático y empático, y que llegó al lugar que ocupa a toda sonrisa, pero día a día parece ir mutando y mostrando una personalidad que no todos conocían, donde solo hace caso a sus intereses y los de su partido, sin importar nada más. ¿Será que ya no puede repetir mandato? (aunque en las sombras muchos trabajen para que esto sí sea posible, mientras que otros tantos hacen esfuerzos para hacer responsable al secretario de gobierno de todas las calamidades)