Dos jóvenes rosarinos alquilaron un chalet en Punta Mogotes. Uno la planta de arriba y otro la de abajo. La justicia los imputó por organizar fiestas clandestinas y ahora serán indagados.
Dos jóvenes rosarinos enfrentan una causa judicial por la organización de fiestas clandestinas en un inmueble alquilado en la zona de Punta Mogotes, una de ellas con 500 jóvenes. La fiscalía federal pidió que los dos jóvenes sean llamados a indagatoria y el juez autorizó el pedido por lo que se espera que en las próximas horas presten declaración de manera virtual.
La particularidad de la investigación es que la principal fiesta organizada en ese inmueble ubicado en Avenida de los Trabajadores y Racedo, en rigor, no fue una fiesta sino que fueron dos.
Desde la inmobiliaria que alquilaron la propiedad confirmaron que se firmaron dos contratos: uno para la parte de debajo de la vivienda y otro para la parte superior. Además, explicaron que los jóvenes rosarinos que firmaron los contratos de cada uno de los alquileres no tenían vínculo entre sí. De hecho, uno de los imputados ronda los 20 años y otro, tiene más de 30.
Sin embargo, en la madrugada del 6 de enero, las convocatorias de ambos grupos se juntaron en una multitudinaria fiesta en la casona de Punta Mogotes, donde los participantes subían y bajaban sin importar por quién habían sido convocados.
Uno de los imputados, cuando fue consultado por los efectivos policiales que se acercaron a desactivar la fiesta clandestina, dijo que “la gente se le aglomeró en su casa sin haber organizado ningún tipo de evento”.
Esta situación hace creer a los investigadores que, más allá de que no se conocieran originalmente, pudieron haber realizado los eventos de manera coordinada. Incluso, no descartan que hayan lucrado con estas fiestas.
Otro de los elementos que consideró la justicia para avanzar en la imputación es el alto desembolso de dinero que realizaban los jóvenes todos los días para limpiar la vivienda, lo cual les permite presumir que las fiestas eran habituales.
La Justicia Federal ya autorizó las indagatorias de los dos jóvenes rosarinos, quienes regresaron a su ciudad. Además, dispuso que ninguno de los dos pueda ausentarse de su domicilio por más de 24 horas sin autorización judicial.
Uno de los jóvenes, el que alquiló el piso de abajo, había pagado por anticipado la propiedad hasta el 9 de enero. Sin embargo, luego de la multitudinaria fiesta y la intervención policial y judicial, entregó las llaves y se volvió a Rosario.
Los testimonios recogidos por los operadores judiciales de los vecinos señalan que las fiestas en ese lugar fueron constantes desde el 29 de diciembre, cuando alquilaron la propiedad.
publicado en 0223