Una transferencia mal hecha desató una cadena de reclamos, acusaciones y advertencias que ya se volvió viral. Una figura del espectáculo quedó en el centro del conflicto y ahora busca recuperar una suma importante.
20 de Noviembre de 2025
Un simple pago digital terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla para María Eugenia Ritó. La exvedette contó en sus redes que, al abonar una botella de champagne francés mediante una billetera virtual, se equivocó y transfirió $750.000 en lugar de $75.000. El problema: el vendedor no le devuelve la diferencia.
Según relató, está acostumbrada a comprar champagne al mismo proveedor. Pero esta vez, un error de tipeo o selección provocó que enviara diez veces más dinero del que correspondía. Cuando advirtió lo ocurrido, intentó comunicarse con el vendedor. Nada. “Le hablé mil veces y no responde”, publicó Ritó, visiblemente frustrada.
La situación escaló rápido. Su posteo se viralizó y llegó a manos de Yanina Latorre, quien no dudó en amplificar el reclamo desde sus redes. “Ayudemos a que María recupere la plata”, escribió, generando todavía más presión pública.
Pero lo más llamativo fue lo que sucedió después: otras personas comenzaron a enviarle mensajes contando experiencias similares con el mismo vendedor. Incluso, algunos ofrecieron información para colaborar en el reclamo.
No es la primera vez que Ritó queda envuelta en un problema económico reciente. A finales de 2024, sufrió el uso indebido de su tarjeta de débito, cuando delincuentes realizaron compras por 300 mil pesos en un supermercado de Belgrano. Tras ver los consumos sospechosos en su homebanking, bloqueó la tarjeta inmediatamente.
“Hoy no salí en todo el día. Me di cuenta mirando el banco. No me la robaron: me la duplicaron y me hicieron compras”, contó en su momento. Ahora, mientras intenta resolver el nuevo inconveniente, anticipó que acudirá a su banco para analizar alternativas de reintegro.
El episodio ocurre en plena época de fiestas, cuando aumentan las compras, el movimiento de dinero y también los descuidos. Un recordatorio incómodo, pero necesario: siempre revisar la cifra antes de confirmar cualquier transferencia. Un segundo de distracción puede salir muy caro.
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