Durante el la tarde de ayer, familiares de policías asesinados y victimas de la delincuencia armada, se concentraron en la ciudad de Buenos Aires, en la llamada «plaza de la república», bajo el obelisco porteño.
En el acto, se recordó a las victimas de la delincuencia armada, tanto civiles como los oficiales de diversas fuerzas, abatidos en cumplimiento del deber, o asesinados como el caso de LOURDES ESPINDOLA, el pasado 28 de julio. Allí se hicieron presentes su padre y su hermana, quienes con profundo dolor escucharon las palabras de los referentes, invitados, ex policías, heridos en servicio, familiares y la comunidad en general.
Ningún medio de comunicación se hizo presente en el lugar, y ante esta situación, los familiares decidieron cortar totalmente la Avenida 9 DE JULIO, de ambos sentidos de circulación, para convocar a los medios, con la intención de ser escuchados por los gobernantes, que tampoco se hicieron presentes en el acto conmemorativo a POLICÍAS ASESINADOS. Ni legisladores, ni diputados, ni senadores estuvieron presentes.
El trafico en la avenida se volvió un caos, a tal punto que el embotellamiento, llego hasta la zona de retiro, y varios vehículos tuvieron que marchar en contramano sobre la zona de Carlos Pelegrini, provocando un caos vehicular. Sin embargo, los conductores entendieron el reclamo policial, y no se vivieron momentos de tensión durante el corte de la avenida.
Asi estuvieron al rededor de de una hora, sin que ningún funcionario o jefe policial se acercara a la zona.
Las redes sociales estarán mostrando esto hoy y mañana, y seremos los formadores de opinión de la nueva era, quienes estamos donde los medios masivos no van, vaya a saber uno por que.
A la concentración adhirieron varias organizaciones como Víctimas del terrorismo AFAVITA, ABOGADOS POR LA JUSTICIA Y LA CONCORDIA Justicia y Concordia, Organización en memoria de las victimas por la violencia armada , entre otras.
Al rededor de las 17 horas, los familiares se desconcentraron, sin ninguna respuesta, y con el dolor que deben seguir llevando en sus espaldas, el de haber perdido a sus seres amados olvidados por un Estado que jamas reconoció el labor policial, en los últimos 35 años.
Entre los reclamos, los familiares advirtieron la falta de presencia del Estado, el abandono hacia el personal Policía herido o abatido en cumplimiento del deber, y la desvalorización del trabajo y del salario en general de las Fuerzas de Seguridad en Argentina, producto de una venganza ideológica, que tiene nombre y apellido en forma de «organismos de derechos humanos».