Los hechos sucedieron a media mañana, en las calles Solís y Rico, cuando el hombre llamado Alfredo, pudo observar que tres muchachos se encontraban por ingresar a la casa de un vecino suyo, entre los árboles del frente de la misma.
Al advertir esto, Alfredo les llamó la atención, preguntándoles que pretendían hacer y mientras dos le hablaban, el otro le propinó un fuerte golpe desde atrás, por lo que quedó confundido, pero rápidamente tomó un fierro que había en el lugar, lo que ocasionó que los cobardes agresores se dieran inmediatamente a la fuga.
Resulta lamentable que a las 10 de la mañana ocurran estas cosas. ¿Nada se aprecia con las cámaras? Debería ser un poco más fácil que de costumbre, ya que con el aislamiento no hay tanta gente en la calle, y deberían observarse con claridad las situaciones sospechosas.
Por suerte en el momento estaba este vecino que en lugar de hacerse el desentendido, eligió reaccionar y evitar que se cometa el robo. Evidentemente, aún queda gente solidaria.