Vecinos, amigos y familiares del joven Fernando Báez Sosa se reúnen y marchan pacíficamente para reclamar justicia durante la tarde de este jueves. La convocatoria fue en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Recoleta, donde colocan flores, velas y carteles alusivos.
Fernando fue asesinado el sábado 18 de enero por 10 rugbiers a golpes de puños y patadas a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, y están acusados de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.
«Estamos indignados, consternados y dolidos por el ataque brutal de estos muchachos. Es un síntoma de nuestra sociedad toda esta violencia», aseguró Claudia Lugea, vecina y organizadora de la marcha.
“Lo conocí de pequeño, era un chico estudioso. Su papá le exigía porque sabía que podía dar mucho. Estaba haciendo el CBC de abogacía. Era un chico muy bueno, saludaba a todos sus vecinos con un beso», retrató Lugea a Fernando.
«Pedimos justicia, que esto no se cierre, que se llegue en profundidad esta causa, que no sea un rejunte de expedientes, que se aceleren los plazos porque está demostrado quiénes son los culpables», agregó.
En la puerta de la casa donde vivía Fernando, en un edificio ubicado en la avenida Pueyrredón 1879, amigos y vecinos colocan flores y fotos con la cara del joven asesinado.
«Somos los que intentamos frenar las patadas que le dieron a Fer. 44 millones de personas con ustedes», afirman desde uno de los carteles ya instalados en la zona.
Algunas personas pasan por la puerta y se acercan a asociarse en el dolor con los vecinos que ya comenzaron a concentrarse en el lugar.
En un momento de la tarde, previo a esta marcha de silencio, se pudo ver a un primo y a una tía de Fernando salir llorando del departamento y se marcharon sin formular declaraciones a la prensa.
Según contaron vecinos, tíos, primos y otros familiares de Fernando, vinieron especialmente desde Paraguay para acompañar a la familia en este momento de dolor.