El equipo de Favio Orsi y Sergio Gómez venció 1 a 0 al Ciclón en el Nuevo Gasómetro y se metió en la final, donde buscará su primer trofeo profesional ante Huracán. Un triunfo histórico y merecido que emociona a sus hinchas.
25 de Mayo de 2025
DEPORTES – El Calamar fantástico lo hizo de nuevo. En otra noche inolvidable, Platense se convirtió en el nuevo matagigantes del fútbol argentino: después de dejar en el camino a Racing y River, esta vez fue el turno de San Lorenzo. Le ganó 1 a 0 en el Nuevo Gasómetro y avanzó a la final de la Copa de la Liga, que disputará el próximo domingo en Santiago del Estero frente a Huracán.
La emoción fue incontenible. Lágrimas, abrazos, gritos y un desahogo colectivo que se sintió incluso en las tribunas rivales, donde los propios hinchas del Ciclón reconocieron con aplausos el esfuerzo y el temple del conjunto visitante. Es que lo de Platense ya no sorprende: se convirtió en un equipo incómodo, valiente y combativo que compite de igual a igual ante cualquier rival.
Con el sello de su dupla técnica, Orsi-Gómez, el Calamar volvió a mostrar ese juego aguerrido, intenso y solidario que lo caracteriza. No hubo lujos, pero sí mucha entrega y un plan ejecutado con firmeza. Durante un primer tiempo áspero, con más interrupciones que fútbol, Platense fue más claro y sólido, mientras que San Lorenzo nunca logró sentirse cómodo.
El único gol del partido llegó en el segundo tiempo tras un córner mal despejado por el arquero cuervo, Orlando Gill. Franco Zapiola, que había ingresado minutos antes, aprovechó el error y definió con el arco libre, desatando la locura en el banco marrón.
A partir de ahí, el equipo de Vicente López cuidó el resultado con inteligencia. El mediocampo —con Picco, Herrera y compañía— se adueñó del ritmo del partido y desactivó los intentos azulgranas. Del otro lado, San Lorenzo no tuvo respuestas futbolísticas ni anímicas, y la lesión de Ezequiel Cerutti en el primer tiempo (posible desgarro) agravó el panorama.
Platense, que hace poco más de tres años regresaba del Ascenso, está hoy a un paso de hacer historia grande: buscará su primer título profesional. Será una final intensa, sin favoritos, frente a un rival que también viene dando pelea. Pero más allá del resultado del domingo, este Platense ya dejó su huella.
En tiempos donde el fútbol muchas veces se reduce a los grandes nombres y presupuestos, lo de Platense emociona porque representa la esencia del deporte: esfuerzo, compromiso y sueños que se abrazan fuerte, sin importar la historia previa. El Calamar no se conforma con ser sorpresa. Va por la gloria.