La organización de la movilización del 22 y posible paro general posterior volvieron a generar fuertes discrepancias en la central obrera. Entre los que no quieren ir a Plaza de Mayo y los que buscan endurecer.
El encuentro que se iba a llevar a cabo en las primeras horas de la tarde de ayer, en la sede nacional de la Unión Personal de la Nación (UPCN), tenía como uno de sus principales objetivos analizar detalles con vistas a la movilización del 22 de agosto a la Plaza de Mayo y el plenario de secretarios generales de gremios confederados que se realizó la semana pasada.
Sin embargo se suspendió sorpresivamente y se adujo problemas de agenda de algunos gremialistas.
Consultado Carlos Acuña sobre los silbidos y abucheos que se produjeron durante aquél Plenario -fundamentalmente cuando habló Héctor Daer-, este los relativizó: “Siempre hay algún descontento que utiliza ese escenario para manifestar su disconformidad y otros que buscan callarlo”.
Ante la posibilidad que el año próximo la CGT retome el esquema tradicional de tener un solo secretario general en su conducción, Acuña consideró que el único líder sindical, “como lo fueron en su momento José Rucci y Saúl Ubaldini, es la unidad del movimiento obrero”.
Sin embargo, otras fuentes gremiales le confiaron a la agencia Télam que la posterga de la reunión se debe que existen “algunas diferencias en el seno de la conducción en cuanto a la movilización del 22 de agosto, ya que hay quienes esbozaron el temor de que se pueden generar disturbios, si el escenario es la Plaza de Mayo”.
Esos mismos voceros precisaron esta agencia que “es muy difícil separar la política de lo gremial en el medio de una elección legislativa y algunos quieren impulsar un paro nacional. Lo que ocurre es que algunos quieren una medida de fuerza, porque la situación económica y social esa complicada para el conjunto de los trabajadores y otros, quieren la confrontación para posicionarse políticamente”.