El precandidato habló de todo. Una nota donde sin hablar de proyectos, se habló del corazón de la política, y cómo se debe practicar.
10 de agosto de 2023
«Yo elegí hacer política de otra manera, y no como se hacía históricamente. Creo que como sociedad necesitamos cada vez menos títulos y discursos, y más ejemplos».
Así comenzó la entrevista con Ramiro Ferrante.
«Mucho se habló de mi, pero yo aprendí a decir que no. Yo no me dejé endulzar los oídos, por lo que decía el círculo de la política. Muchas veces prima la irresponsabilidad de decir que sí a todo, pero yo elegí decir no», continuó Ferrante.
«En 2017, rompimos el molde, intentando formar nuestro propio camino. La primera vez que tuve que decir que NO, fue luego de ganar las elecciones del 2017. En ese momento, luego de ganar la interna todo el mundo decía que por costumbre, tenía que ser Presidente del Concejo. Con mi grupo lo analizamos… Me llamó Pérez del Cerro y nos reunimos con él y el «Mosca» Francese. Todo indicaba que de acuerdo a las «normas y costumbres» yo tenía que ser el presidente, pero yo solo tenía dos votos. El mío y el de Soledad Nivio, el resto eran UCR con 5 votos y el resto el FDT. Es decir que no alcanzaban mis votos. En la reunión, me dijeron que por los votos que conseguí tenía que ser el presidente del concejo y que me iban a apoyar, pero, a cambio debía aprobar algunas normas (que eran el presupuesto, la rendición de cuentas y la rendición de tasas) Ese fue mi primer NO. Elegí hacer lo que debía para la gente, no me puse precio por una aspiración personal.»
Irradia seguridad. Se lo ve entusiasmado, seguro de lo que está haciendo y hacia dónde se dirige.
«Cuando uno elige ser funcionario público, la gente es la que te emplea, entonces vos tenés que responderle a la gente. Si me equivoco en mi negocio me perjudico yo. En esto, si le erro perjudico a todos los vecinos», sentenció.
Dice que cree en la política, pero que sin dudas en estos 40 años de democracia algunos políticos han sido los que tomaron malas decisiones.
«Hay una cosa que marqué siempre cuando se me hicieron ofrecimientos, y es que nunca pondría en juego a mi familia, sino dejaría de ser quien soy. Si uno pierde valores empieza a transformarse y dejar de ser la persona que la gente quiere. Hoy, en 40 años de democracia hay mas deudas que aciertos, y eso fue un vicio de la política, que ha perdido la escencia para ser algo útil al sistema».
También recordó con cariño y emoción su paso por la Cámara de Comercio logró aprender y entender los beneficios de trabajar en equipo. Algo que asegura que lo acompañará toda su vida. «Me marcó para siempre.» , disparó.
Un Ferrante auténtico, que promete ser distinto a todo lo que se considera concencional.