Aún de camping hay que tener precauciones antes de cocinar o luego de hacer nuestras necesidades para evitar enfermedades prevenibles.
Desde el 15 de octubre de 2008 se celebra anualmente el Día Mundial del Lavado de Manos como una iniciativa impulsada por Organización Mundial de la Salud (OMS) para extender mejores prácticas de higiene en todo el planeta. El mismo año, además fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Año Internacional del Saneamiento con el objetivo de asegurar el acceso a fuentes de saneamiento y agua potable de manera universal.
Según datos de la OMS, 297 mil niños mueren anualmente antes de los 5 años debido a la diarrea relacionada con la falta de agua, saneamiento e higiene. Incorporar la práctica del lavado de manos con jabón en todos los hogares del mundo podría salvar más vidas que cualquier intervención médica y reduciría el riesgo de las enfermedades diarreicas agudas en un 47%. También prevendría infecciones cutáneas, infecciones a los ojos, parásitos intestinales, cólera, disentería, SRAS (síndrome respiratorio agudo), gripe aviar e influenza H1/N1, resfriados y catarros y enfermedades transmitidas por vía fecal-oral como la hepatitis.
Los momentos cruciales para la correcta higienización son antes de cocinar o preparar alimentos, antes de comer y después de ir al baño o de limpiar a un bebé.
En una mano humana viven -de media- 150 especies de bacterias diferentes. Aunque cada persona posee bacterias y microorganismos que son específicos a nivel individual. Hace unos años, la Universidad de Colorado en Boulder llevó a cabo un estudio en el que participaron 51 voluntarios. En total, se encontraron más de 4.700 especies diferentes de bacterias, pero sólo cinco estaban presentes en alguna de las manos de todos los participantes. La diversidad es tan enorme que hasta en las propias manos de un mismo individuo sólo eran comunes el 17% del total de bacterias.
Pero a no desesperar, que no todas son peligrosas para el organismo. Estar expuesto a este tipo de agentes es necesario para mantener un sistema inmunológico saludable. De hecho, los científicos utilizan algunas de estas especies para sintetizar antibióticos como la bacitracina y la polimixina.
fuente: revista weekend