Por Santiago Dos Santos
Leyendo un informe sobre la comisión sobre determinantes sociales de la salud del 2005, puesta en marcha por la OMS, donde se pregunta si alcanza la equidad sanitaria, actuando sobre los determinantes sociales de la salud, hace referencia a: …. “la justicia social es cuestión de vida o muerte. Afecta el modo que vive la gente, la probabilidad de enfermar y el riesgo a morir de forma prematura…”
Está demostrado que la esperanza de vida depende del lugar donde naciste, si fue en un lugar con alto nivel socio económico podrás vivir hasta los 80 años y si es pobre el promedio de vida puede llegar a ser de 45 años. Determinado por las grandes diferencias sanitarias que no deberían de existir tanto dentro como entre países. Esa desigualdad y esa inequidad sanitaria que podría evitarse son el resultado en que la población nace, crece, vive, trabaja y envejece, además del tipo de sistema que se utiliza para combatir la enfermedad. Las fuerzas políticas sociales y económicas, conllevan como resultado que un niño nazca, crezca y se desarrolle con una vida prospera o se malogre.
El desarrollo de un estado se puede determinar por la calidad de salud de su población, como se distribuye y solucionan las enfermedades, cuanto más baja es su condición socioeconómica peor es su estado de salud. Es injusto cuando puede evitarse con medidas razonables (inequidad sanitaria) corregir estas desigualdades, las enormes diferencias sanitarias susceptibles de soluciones, es cuestión de justicia social.
Podemos mencionar los determinantes sociales: acceso a la atención sanitaria, escolarización, educación, condición de trabajo y tiempo libre. Vivienda.
Esta desigualdad no es un fenómeno natural sino una mala combinación de políticas y programas sociales deficientes, arreglos económicos injustos, y una mala gestión política. El crecimiento de por sí solo, sin políticas sociales que aseguren un reparto equitativo contribuye poco a la equidad sanitaria.
Las actuaciones para resolver esta problemática deben de participar todos los actores, entre ellos todos los sectores políticos, sociedades civiles, comunidad local, sector empresarial, foros y organismos internacionales.
La buena salud mejora la calidad de vida, la productividad laboral, aumenta la capacidad de aprendizaje, fortalece a las familias y las comunidades, contribuye a la sostenibilidad del hábitat y del Medio ambiente, así como a la seguridad, la reducción de la pobreza y la inclusión social.(declaración de Adelaida sobre la salud en todas las políticas 2010. OMS)
El aumento de las necesidades y la falta de respuesta del sector político requieren de otra forma de planteamiento de gobernanza. Los gobiernos deben de plantear planes estratégicos y coordinar la formulación de políticas que establezcan objetivos comunes, respuestas integradas y una mayor rendición de cuentas. Requiriendo una alianza con la sociedad y el sector privado.- continuará.-
Santiago Raul Dos Santos