En la ida de los cuartos de final, el equipo de Gallardo derrotó 2-0 a los uruguayos en cancha de Independiente.
River Plate quedó a un paso de las semifinales de la Copa Libertadores, tras vencer a Nacional de Montevideo por 2 a 0, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores que se disputó esta noche en la cancha de Independiente.
River se podría haber ido al descanso del entretiempo ganando 2 a 0, pero primero la indolencia del colombiano Rafael Santos Borré para ejecutar un tiro penal a los 41 minutos, contenido por el arquero Sergio Rochet sin moverse del centro del arco; y cuatro más tarde el VAR, al referir un offside «superfino» de Matías Suárez, que había definido magníficamente de zurda mirando hacia otro lado, se lo terminaron impidiendo.
Claro que antes hubo 40 minutos de un partido intenso, en el que Marcelo Gallardo sorprendió alineando como titulares a Leonardo Ponzio, Fabricio Angileri y Jorge Carrascal en lugar del contagiado de coronavirus Enzo Pérez, el últimamente irresoluto Milton Casco y el poco eficiente Javier Pinola.
Esto afirmó entonces un 4-4-2 bien marcado, con Ponzio e Ignacio Fernández, otro que tampoco venía bien, jugando por adentro, y Nicolás De la Cruz y Carrascal a derecha e izquierda, respectivamente.
Claro que a la hora de atacar los volantes tenían por delante a Santos Borré y Suárez que, con movilidad, aparecían por ambos costados o por el centro permanentemente, desconcertando a la defensa uruguaya.
Pero River era uno atacando y otro defendiendo, ya que las proyecciones de Angileri y Montiel no encontraban eco en los relevos de los dos volantes externos, por lo que ambos terminaban pagando en alguna contra, sobre todo por el lado del ex Godoy Cruz, que sufría al veloz Alfonso Trezza.
Los que en cambio lo pasaban algo mejor eran los centrales Robert Rojas y Paulo Díaz (se lo devoraron al argentino Gonzalo Bergessio), que parecen encaminarse a la consolidación como dupla central en desmedro de un Pinola que está por debajo de ambos sobre todo en velocidad.
La apuesta de Gallardo fue un premio a los buenos presentes de Angileri y Carrascal, que en cada contacto con el balón demostraba toda su calidad, esa que lo llevó a decir al «Muñeco» la semana pasada que era el futbolista «con más talento del fútbol argentino».