El empresario quedó en libertad este martes. Su lista negra y la revancha judicial y mediática con sus “enemigos”.
El martes, Cristóbal López dejó atrás la celda de la penitenciaría de Ezeiza y fue hacia la dependencia de la Policía Federal para terminar el proceso de excarcelación. Juntó su ropa, sus libros y la copia del expediente de la causa por la cual estaba detenido y sintió los primeros aires de libertad.
Pero con la liberación del empresario también empezó la vendetta. Así lo confirmó uno de los popes del Grupo Indalo: “Nos acogotaron por todos lados. Cristóbal va a ir contra esos”, dice a NOTICIAS, aunque sin nombrarlos.
Sin embargo, quien los puso en una “lista negra” fue el socio de López, Fabián de Sousa. Fue en un mail que le envió al empresario y corredor Orlando “Orly” Terranova, quien pretendía comprar la sociedad. En el correo, que fue incorporado al expediente que se tramita en el juzgado de María Servini de Cubría, uno de los dueños del Grupo Indalo enumeró: “Emilio M. (Monzó), Nicolás C. (Caputo), Ernesto S. (Sanz), Rogelio F. (Frigerio), José T. (Torello) y Pepín (en referencia a Fabián Rodríguez Simón, diputado del Parlasur y operador judicial del Gobierno)”.
Según publicó NOTICIAS, en el universo de Cristóbal López, nombrar a los personajes mencionados en el mail es sinónimo de mala palabra. Pero no son los únicos: el abogado Ricardo Gil Lavedra, uno de los impulsores de la denuncia contra López y su socio De Sousa en nombre de la AFIP.
El juez Julián Ercolini también está en la lista negra de López y De Sousa porque consideraron que se excedió y fue parte de la operación para quitarles las empresas.
Los dardos de los dueños del Grupo Indalo también tendrían otros objetivos. Se trata del ministro de Tansporte Guillermo Dietrich y el ex secretario de Vialidad Javier Iguacel, por haberles quitado la concesión de la autopista Ezeiza-Cañuelas. De Sousa y López consideran que eso también estuvo manipulado para perjudicar al grupo.
Pero no sólo en el macrismo y en la Justicia están los enemigos de los dueños del Grupo Indalo. También habría fuego interno con La Cámpora.
Ahora en libertad, López tendrá tiempo de elegir contra cuáles de sus enemigos acciona primeros: algunos recibirán dardos judiciales y otros mediáticos, en mayor o menor medida. Pero es tiempo de revancha: estuvo demasiado tiempo encerrado imaginando cómo será.
PUBLICADO EN REVISTA NOTICIAS