Un salto que refleja crudamente la difícil situación económica y la caída de la ayuda nacional.
18 de Noviembre de 2025
CHASCOMÚS – Entre marzo de 2024 y noviembre de 2025, el nivel de asistencia alimentaria que brinda la Municipalidad de Chascomús se disparó un 946%, un indicador que no necesita interpretación: la crisis económica nacional golpea de lleno en la mesa de miles de familias y obliga al Estado local a sostener una demanda que no deja de crecer.
El Complemento Alimentario Municipal (CAM) comenzó con 147 grupos familiares en marzo de 2024. Hoy llega a 1.538 familias, que representan a 3.696 personas. El salto es tan pronunciado como revelador: más vecinos dependen de la ayuda pública para comer, mientras la presencia del Estado nacional en materia alimentaria se redujo de forma notoria.
Según la Secretaría de Desarrollo Social y Educación, el CAM se transformó en una herramienta central para enfrentar un escenario donde la inflación, la pérdida de ingresos y la informalidad laboral dejan a miles de personas fuera de la canasta básica.
El 73% de quienes ingresan al programa lo hacen simplemente porque no pueden cubrir sus necesidades alimentarias básicas. Y entre la población en edad laboral asistida, el 64% no tiene empleo formal.
La asistencia consiste en una entrega mensual de alimentos secos y frescos, con refuerzos extraordinarios cuando la demanda supera la previsión habitual. El programa también incluye módulos sin TACC para 30 personas con celiaquía y sostiene una línea paralela de apoyo a comedores y merenderos: 20 espacios reciben alimentos secos y leche, alcanzando a unas 1.700 personas.
Este crecimiento abrupto no responde a un cambio administrativo, sino a una realidad económica que se profundiza: más familias caen en la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, disminuyen los programas nacionales que históricicamente contenían parte de esta demanda.
Lejos de los discursos, los números muestran lo que sucede en la calle: más gente pidiendo ayuda para comer, más presión sobre los municipios y menos asistencia desde arriba.
Y en esa tensión, Chascomús —como tantos distritos— se ve obligado a ampliar su cobertura para que nadie quede completamente librado a su suerte.
La crisis golpea fuerte. La respuesta local intenta no dejar a nadie atrás. Y en cada cifra hay un recordatorio incómodo: detrás del índice, hay una mesa que se quedó vacía.
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