Luego de 35 años de gobierno de Ángel Alberto García en el gremio de los vigiladores privados, es decir U.P.S.R.A. (Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina) y de una gran lucha llevada a cabo por Leonidas Requelme, y la Agrupación Sindical Juan Manuel de Rosas, se consiguió llegar al tan ansiado acto electoral de manera limpia, transparente y democrática. Esto, luego de muchas luchas y varios interventores, sucedió el 21-11-2019.
En esa fecha, tan recordada por muchos trabajadores del sector, que durante años vivieron bajo el régimen casi dictatorial de García, marcó el amplio triunfo de la fórmula que encabezó Requelme, acompañado por Edgar Zalarrayan. Un nuevo tiempo estaba llegando a U.P.S.R.A.
El traspaso de autoridades comenzó entonces, y luego de una lamentable intervención que según dicen algunos dirigentes gremiales, dejó literalmente el gremio en ruinas. Luego, para colmo de males llegó la pandemia que todos sufrimos, para hacer aún las cosas más complicadas.
Pese a esto, y con las lógicas complicaciones del caso, hoy se encuentran trabajando la Secretaria de Afiliaciones, de Carlos Rebord; Secretaría de Interior, de Gonzalo Romero; de Prensa Christopher Lauro y los más de 300 nombramientos gremiales en el país: delegados regionales; representantes gremiales; coordinadores y sub coordinadores, etc. los cuales junto al departamento de legales y equipos técnicos se encargan de llevar tranquilidad a los trabajadores y revertir esta situación de miedo generalizado y abandono en el sector.
El panorama se ve complicado. Recientemente el dirigente e integrante de la Comisión Directiva Pablo Otero mencionó en un reportaje que «la cancha está embarrada por empresas, que sin ningún derecho, y de manera ilegal, se inmiscuyen y fomentan una interna sindical en la que no tienen porqué hacerlo, con el único objeto de sacar beneficio de esta situación, aunque como siempre los primeros perjudicados sean los trabajadores del sector».
Varios dirigentes, han denunciado este accionar que según dicen habría sido la histórica manera de manejarse de Ángel García, para su beneficio, y para perpetuarse en el poder. Poder que perdió luego de una ejemplar elección y que de una vez por todas tendría que aceptar que no va a recuperar, por lo menos hasta dentro de cuatro años, en caso de presentarse y ganar la próxima, afirman categóricamente.