Uno cree que ya no queda nada por ver, pero la vida nos sigue demostrando que siempre hay algún «iluminado» dispuesto a sorprendernos.
LA FALDA – Para hacer un buen asado la clave es la paciencia. Algo que no tuvo en cuenta este turista que paraba en un balneario de Córdoba. Aparentemente, para ganar tiempo antes de llegar a la parrilla, ellos habrían puesto ya en el baúl de su auto brasas encendidas. Pero tuvieron a llamar a los bomberos porque el auto empezó a incendiarse. Y como era un vehículo con un tanque de GNC, estuvo a punto de volar por los aires.
El hecho que pudo terminar en tragedia ocurrió en el balneario Las 7 cascadas, de la localidad cordobesa de La Falda. Sucedió ayer, en el estacionamiento del lugar, repleto de autos, alrededor de las dos de la tarde.
Los bomberos de La Falda acudieron al lugar cuando un hombre los llamó para pedir ayuda porque su auto, un Volskwagen Gol Trend, se incendiaba. Si bien el dueño del vehículo no quiso confirmarlo, el personal de los bomberos que extinguió el siniestro tiene la tesis de que el turista «empezó a prender fuego el carbón adentro del baúl para ir ganando tiempo», según señalaron a la señal cordobesa El Doce TV.
Claro que la idea le salió mal. Poco después, las brasas comenzaron a quemar el tapizado, la rueda de auxilio y los plásticos de la parte trasera del auto. El humo empezó a invadir todo el estacionamiento, y lo que realmente podría haber ocasionado una tragedia fue el hecho de que el auto contaba con un tanque de GNC en el mismo baúl donde se encendieron las brasas.
Afortunadamente, los bomberos llegaron segundos antes de que todo explote. «Por suerte no abrieron el baúl y todo quedó contenido adentro. Eso ayudó a que no se prenda aún más y lo puedan extinguir», le contó Gabriel Molina, jefe del cuartel de bomberos de La Falda al citado medio de la provincia meditarránea. También informaron que el propietario del vehículo abrasado es oriundo de Salta.
La gente y los bomberos que asistieron en el balneario a este turista no entienden todavía qué quiso hacer. Pudo ser que quiso arrancar el fuego antes de llegar a una parrilla, o también pudo ser que, según sospechan, el hombre haya guardado las brasas ardiendo luego de hacer el asado.
Lo cierto es que el vehículo se quemó en un 30 por ciento. «Por suerte no explotó. La bolsa de carbón estaba ardiendo», contó Molina, para destacar aún más la labor de los bomberos, que actuaron a contrarreloj.