Los charrúas le ganaron a Italia por 1 a 0, en la final del mundial disputado en La Plata.
11 de junio de 2023
La selección uruguaya Sub-20 ha logrado, por primera vez en su historia, el título mundial en la categoría tras una merecida y ajustada victoria por 1-0 sobre Italia, en el estadio Diego Maradona de La Plata.
En una fría jornada platense que contó con la presencia de 38,297 espectadores, el delantero Luciano Rodríguez se convirtió en el héroe del partido. La celebración «celeste» fue tan efusiva como esperada, ya que Uruguay ha esperado mucho tiempo para alcanzar este logro.
El equipo sudamericano, el decimotercero en coronarse campeón Sub-20, se mostró como un merecido ganador. Aunque no brillaron, los uruguayos demostraron actitud e intensidad frente a un equipo italiano limitado, carente de audacia e ideas.
Dirigidos por Marcelo Broli, los uruguayos fueron superiores durante todo el encuentro. Gracias a su persistencia y tenacidad, finalmente se hicieron con el título que se les había escapado en Malasia 1997, frente a Argentina, y en Turquía 2013, ante Francia.
Uruguay dominó la primera mitad del partido, teniendo posesión de balón y generando ocasiones para abrir el marcador. Su capitán, Fabricio Díaz, manejó los tiempos del equipo, que se mostró concentrado, intenso, aunque le faltó mayor profundidad.
Italia estuvo atenta a Franco González, quien en momentos puntuales se convirtió en el generador de juego para Uruguay, y resistió los intentos de su rival.
Díaz tuvo dos remates desde media distancia que provocaron la admiración de los hinchas uruguayos en esa fría tarde-noche en el estadio Diego Maradona. Sin embargo, la oportunidad más clara llegó con el cabezazo de Anderson Duarte, el cual fue despejado con reflejos impresionantes por parte del arquero Sebastiano Desplanches, quien mandó la pelota al córner a los 22 minutos de juego.
Tomasso Baldanzi y Cesare Casadei no lograban entrar en contacto con el balón en el equipo italiano debido a la presión alta de Uruguay, lo que obligaba al seleccionado europeo a retroceder en el campo, mostrándose más preocupado por defender que por atacar.
En la segunda mitad, «La Celeste» siguió siendo dueña de la posesión del balón, y Italia mostró una mejoría cuando Casadei logró entrar en juego.
Uruguay, aunque con menos claridad en su juego, intentó nuevamente con un remate de Díaz que Desplanches contuvo sin dar rebote.
Italia mostraba una defensa sólida, sin grandes lujos pero efectiva, mientras que Uruguay necesitaba precisión para romper esa resistencia.
Con la entrada de Mattia Zanotti, Italia encontró proyección por el lado derecho cuando Uruguay pasó por una fase de confusión.
En los últimos 15 minutos, la final se volvió más ordinaria. La pelota no tenía un dueño claro, deambulaba por el aire y el nivel del espectáculo se empobreció aún más.
En medio de tanta fricción, el árbitro sueco Glynn Nyberg expulsó a Matteo Prati por una entrada fuerte sobre Díaz, pero tras la intervención del VAR, revisó su decisión y cambió la tarjeta roja por una amarilla.
La hinchada uruguaya mostró su descontento con la decisión y se lo hizo saber al árbitro. Poco después de la polémica, el grito sagrado llegó con el oportunismo de Rodríguez, quien aprovechó una serie de rebotes para anotar el gol de cabeza que desató el «¡Uruguay, Uruguay!» en el estadio Diego Maradona. Tras la revisión del VAR, el festejo se duplicó.
Uruguay manejó la final hasta el último segundo, sin sobresaltos, para lograr una conquista histórica en tierras argentinas.