La vecina dice que no podía dormir por el ruido que hacían los roedores. Dice que hizo todo. Primero le pidió amablemente al señor de la parrilla que terminara con la vida de las ratas. Ante la indolencia de Don Carlos, hizo un post en Facebook con una filmación casera de lo que estaba ocurriendo. Luego, harta, llamó a Bromatología. El personal llegó munido de abundantes jaulitas y, seguramente, guantes, al establecimiento gastronómico ubicado en Ángela Loig 70 .
La parrilla se llama «Don Carlos» de Tolhuin, Tierra del Fuego, y no es, lo que se dice, un lugar para exigentes. Al menos, no para aquellos que prefieren que no haya ratas en el lugar donde comen. El hecho es que una vecina se cansó de la desidia del parrillero. Literalmente, no podía dormir por el inquietante ruido que hacían las ratas. ¿Exageraba? No. Bromatología capturó nada menos que nueve (9), vivitas y coleando.
Nueve. Nueve ratitas (por su tamaño, tal vez correspondería llamarlas «ratas» o «grandes ratas» o «ratazas») capturaron en el galpón lindante a la parrilla, que tal vez atraviese de aquí en más cierta pérdida de prestigio. O tal vez se rebautice como «Rattatouille». En plena paranoia por el hantavirus, puede que la vecina prefiera no tener que andar verificando si los roedores son del tipo «colilargo» -el que transmite la peligrosa enfermedad- o no. Porque además, las ratas transmiten leptospirosis, Enfermedad de Weil, tenia, triquinosis, toxoplasmosis y etc. Por supuesto, probablemente las nueve ratas capturadas sean solo una pequeña parte de las que se pasean por la zona.
PUBLICADO EN BIG BANG NEWS