Los expertos explican que se trató de un bólido, un tipo de meteoro que al entrar a la atmósfera adquiere el aspecto de una bola de fuego y deja una estela brillante a su paso.
En este caso, su estela persistente fue fotografiada por varios aficionados. Su luminosidad fue mayor a la de la Luna. Estaría entre la luminosidad del satélite terrestre y la del propio Sol.
La caída de éste gran cuerpo celeste iluminó los cielos de la isla italiana de Cerdeña, y también de diferentes partes de la España oriental, como Barcelona, Valencia y Alicante.
Además, en las Islas Baleares fue visto por numerosos testigos, y según informó la dirección de la Protección Civil de Cataluña, recibió nada menos que 55 llamadas de alerta de los residentes de ésta región española.