
Es una costumbre que hace años se ha impuesto en los jovenes que terminan sus estudios secundarios. También festejan el «último primer día» y los festejos desnudan agresiones y expresiones violentas entre alumnos de distintos institutos.
21 de noviembre de 2022
CHASCOMÚS – El festejo surgido hace algunos años, como corolario de los estudios secundarios y bautizado como «vuelta olímpica» es a menudo, por no decir siempre, una imagen de lo que nadie como padre desea para sus hijos: Unos tras otros hemos visto cada año desfilar por la puerta de colegios a los 6tos años con actitudes agresivas, cantos insultantes, carteles denigrantes. Pero esto, no termina ahí. Se han arrojado a los frentes e interior de los colegios trozos de pescados, frutas podridas, barro, huevos, carretes de papel y en algunos casos hasta piedras. Incluso ha habido rotura de vidrios, con la increíble “suerte” de que no hubieron lastimados.
También desde hace algunos años se tomó la determinación desde el estado municipal de realizar una reunión donde participan alumnos, instituciones, autoridades policiales, municipales y por supuesto padres. Ahí se delinean entre otras cosas, pautas, días, horarios e itinerarios que aunque primó la buena voluntad, no han sido suficientes como para poder frenar todo lo mencionado.
Si, puede decirse que la cosa ha mejorado, pero existen costumbres arraigadas que solo los padres podemos solucionar, como por ejemplo que este festejo, comienza la noche anterior en algún lugar donde se realizan las llamadas «previas» que son algo irrenunciable para lo chicos con la exagerada ingesta de alcohol avalada por los padres.
Lo cierto es que las situaciones se dan, los chicos, eufóricos se «pasan de la raya» y cometen desmanes o hechos que en más de una ocasión podrían haber terminado muy mal.
¿No es hora que los papás de alguna manera nos unamos en la tarea de poner límites a nuestros chicos?… La iniciativa del municipio de juntar las partes y tratar de ordenar los festejos fue buena. Sumar a los chicos, padres, docentes y autoridades es muy bueno. Pero si los padres no ponemos freno a algunas situaciones, todo lo demás no sirve de nada. Solo los padres pueden frenar los excesos de los chicos atacando a alguna institución o poniéndose violentos. Nadie más puede hacerlo. Algunos se lo piden a la policía, pero la función de los policías es velar por la seguridad de los chicos para que no pase por ejemplo que algún estudiante sea atropellado (cosa que ha pasado). ¿Cómo reaccionarían los jovenes en ese estado de euforia, si algún policía pretendiera detener su accionar?…
Creemos que es hora de que los padres asumamos la responsabilidad que nos cabe poniendo los límites que hay que poder, sin naturalizar situaciones violentas. Cuando comience uno y el resto lo siga, posiblemente se terminen los desmanes y la «Vuelta Olímpica» sea el festejo que los chicos y sus familias se merecen.